Subvenciones y corridas de toros

 La inminente celebración de la Feria del Norte, en el coso taurino de Cuatro Caminos, dentro del programa de las fiestas santanderinas de Santiago, han vuelto a                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           abrir el debate sobre las corridas de toros y desempolvar la eterna discusión del coste del festival taurino a las arcas municipales.

Hay que reconocer que solamente en la presente legislatura se han comen         zado a  conocer algunas cifras, que con anterioridad se   han mantenido  dentro de la mayor opacidad y secretismo, con el beneplácito de todos los representantes políticos ( PP, PSOE y PRC ) . Los tiempos cambian y el nuevo reparto de la oposición en el Ayuntamiento de Santander con presencia del PSOE, PRC, Ciudadanos, IU, Ganemos y Santander Sí Puede, ha dejado en minoría al PP, lo que le obliga a buscar acuerdos cuando se trata de aprobar asuntos  que tienen que pasar por el Pleno de la Corporación. Este ha sido el caso de la subvención de 100.000 euros a la Feria de Santiago que fue rechazada por la totalidad de los grupos de la oposición. Tendremos que analizar la postura del PSOE y PRC en legislaturas anteriores cuando apoyaron la subvención y disfrutaban de los abonos gratuitos a costa de todos los contribuyentes.

Según los datos dados a conocer por la concejal de Economía y Hacienda, Ana González Pescador, y el edil Ramón Saiz Bustillo, miembros del Consejo de Administración de la plaza de toros, el edificio de la plaza de Cuatro Caminos tiene unos costes anuales próximos a los 150.000 euros donde se incluyen los sueldos de los tres funcionarios fijos más gastos de suministros y mantenimiento. Al margen quedan los casi centenar y medio de empleados fijos-discontinuos. Visto lo cual, se puede asegurar que la empresa es deficitaria, independientemente de que se celebren  festejos taurinos y supongan otro incremento de gastos a financiar con los dineros de las arcas municipales, bien a través de subvenciones o ingresos directos.

De ahí que  el debate deba plantearse en su conjunto y no centrado únicamente en las subvenciones, pues seguro que se encuentran argumentos a favor y en contra. Entre los primeros aquellos defensores de los festejos taurinos y su realce a las propias fiestas de Santiago. Parece asumirse que el éxito de las casetas de feria está estrechamente unido a los festejos taurinos y su instalación supone importantes ingresos a las arcas municipales, con lo que se reducirían los gastos totales de la Feria. Otros defensores calculan los ingresos en función de impuestos e ingresos fiscales que revierten a las arcas públicas, que fuentes solventes estiman en cifras próximas a los 150.000 euros.

Los detractores apuntan al descontrol de los gastos entre los que se incluyen el reparto gratuito de entradas y abonos. El vicepresidente del Consejo de Administración de la Plaza, Ramón Saiz Bustillo     aclaró que se reparten 751 abonos, de los que casi un centenar se distribuyen entre los medios de comunicación a cambio de cuñas y contratos de publicidad. Otro centenar y medio son, fruto del convenio colectivo, para trabajadores y jubilados de la plaza. El resto en concepto de rappel  a las peñas taurinas por venta de abonos y distribución entre asociaciones de participación ciudadana, junto con un centenar  para atención protocolaria.  

Con todo, la pegunta que queda en el aire es porqué la administración de la Plaza no se saca a concurso público y es el propio Consistorio quien sigue asumiendo su gestión pese a la dificultad para cuadrar las cuentas. Otro tema es la falta de afición  que reconocen las propias peñas tarinas y cuyas causas no son fáciles de detallar. En cualquier caso, los responsables políticos contrarios a subvencionar los toros deberán estudiar los costes de otras instalaciones municipales como las deportivas o centros culturales para hacer un estudio serio sobre las inversiones municipales.