02-02-2009 10:00
Poli bueno, poli malo...
Los aficionados al cine negro están de enhorabuena en Cantabria: gracias al PP regional tenemos permanentemente en cartelera una película de aquéllas en que dos policías interrogaban a un ciudadano al que querían colgar algún “marrón” propio.
Como en aquellos viejos filmes, uno de los polis hace el papel de malo (bruto, faltón, amenazante, agresivo) mientras el otro (melifluo, suave, aparentemente amistoso) simula proteger al acosado y le ofrece “amablemente” su colaboración, su apoyo.
En aquellas pelis, el espectador percibía con claridad que realmente no había un bueno y un malo, sino una reprochable estrategia conjunta de los dos acosadores y sus cómplices que, con semejante artimaña, pretendían quebrantar la voluntad de la víctima hasta hacerle confesar incluso la muerte de Manolete.
Aunque la vida política es a menudo menos clara que el guión de una película, podemos recordar antecedentes de la doble cara de un partido como los de Felipe y Guerra o el actual de Pepino y ZP. Aquí, a esta alturas es imposible no identificar al poli malo del PP en Cantabria con Diego, el cansino Diego, el que en un nuevo alarde de su inteligencia táctica, en la misma rueda de prensa llama pequeño y mezquino al Presidente Revilla para de inmediato acusarle de ser poco conciliador con el PP.
Lo que a algunos les está costando algo más es darse cuenta de que el poli “bueno”, escondido entre ofertas de cooperación institucional, es tan culpable como Diego de los insultos al Gobierno Regional y de las campañas de difamación y manipulación informativa que han encomendado a sus correligionarios cómplices.
Por lo menos nos queda la esperanza de que, como en algunos finales de película, el poli bueno actúe con la bonhomía que los demás le atribuyen y de la orden de cortar de raíz los ataques personales. Aunque me temo que eso es mucho esperar.
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Comentarios(10):
Saludos, Espino. Me alegra tu vuelta al ruedo en este diario digital. Confieso mi ignorancia de la política regional y aun de la nacional últimamente, así que lo que me ha quedado claro es que el malo es Diego -¿quizás también el tonto?- pero el bueno… ¿te refieres al alcalde de Santander? Para mí, los términos bueno y político son antónimos. O se es bueno o se es político, pero no se pueden ser ambas cosas a la vez. Pero, hombre, tampoco lleves al extremo tu amor al cine negro a tus artículos y nos dejes en ascuas: los espectadores-lectores queremos saber quién es el asesino. Aunque ha quedado claro que no haces paralelismos en cuanto al valor político entre Felipe-Zp y Guerra-Pepiño, podrías encontrarte una querella de Felipe y de Guerra por mencionarles en la misma frase que a los otros. Tanto se ha deteriorado el liderazgo en el PSOE que ahora mismo es sonrojante pesar quién está al frente de ese partido y por ende, de la Nación. Que Dios nos coja confesados y el último cierre la puerta. Esperamos que te prodigues más.
Hombre ESPINO, que tal te va la vida.....nos habias dejado sin tu presencia en este foro y ya te añoramos entre todos un poquito. Celebro tu regreso........un saludo.
Hola, amigo: Pronto habrá que escribir algo para picarte un poco. ;-). Un abrazo.
venga,venga daros caña
Gracias, Javier: Pensaré en la propuesta del bueno, el feo y el malo. Me pondré música de Morricone para inspirarme, que no va a ser fácil elegir sólo un feo y un malo. El bueno, por las alegrías que nos dio a todos tantos años, especialmente a los que vivíamos fuera de nuestra tierra, es Seve.
Hacia mucho que no se le veia por este periodico ni nos deleitaba con sus comentarios sobre todo con uno que parece que no ha salido al foro.Bueno.Me ha gustado la reflexion.Ahora le hago la propuesta que traslade esta reflexion y nos de su criterio de atendiendo al panorama local nos diga quien es el Bueno,el Malo y el Feo.
Y el cheriff quien es .haber ¿quien es el cheriff?
Carlos: los dos polis son personas distintas pero un solo proyecto. Mientras uno juega a ensuciar la imagen del Gobierno, el otro da la cara amable, conciliadora, pactista con el PRC. Pero es absurdo pensar que el segundo es ajeno a la estrategia del primero. Y creo que, antes de seguir apareciendo de la mano con él y dándole la baza de presentarse como el compasivo líder que, pese a la mayoría absoluta, cuenta con las minorías, sería lógico exigirle que manifestara su rechazo a la política de permanente agresión personal de su partido. Resumiendo y dejando clara mi postura: es bueno que haya acuerdos entre instituciones, pero esto sólo es posible desde la lealtad de las partes, lealtad que, salvo que el poli bueno critique públicamente los insultos y ataques personales al Gobierno, no existe. Parece que el PP no ha aprendido la lección de que perdió la Presidencia de Cantabria por jugar con dos barajas: la del pacto aparente con el PRC y la de las zancadillas y los insultosy los desprecios permanentes al mismo PRC. Coto: el poli malo tiene tanto afán de protagonismo que interpreta dos papeles: también es el borroka. Pluma Blanca: ¡En el cine negro no hay Shériff! Otro día haré una comparativa con las películas del Oeste...
Querido Espino ya es hora de que te hayas acordado que tienes un espacio en este tu periodico en el que se puede decir de todo en libertad y pidiendo constantemente respeto a los ciudanos porque nosostros no somos censores de nadie,salvo insulto grave u opinion doliente que es peor que lo anterior aunque se escondan en el anonimato.Allá ellos.Somos lo que somos y de ahí no se nos puede sacar.Bien, me quedo con una duda, el poli malo sabemos quien es y el poli bueno tambien. Son el mismo.Lo que quieres decirnos es que necesitamos terapia de grupo y algunos de forma intensa y personalizada. Tu lo que ofreces es terapia politica de definicion para así centrarse.Dificil.Y digo dificil porque la confusion y las malas compañias hacen el resto.Tu ya me entiendes.Y es que esta Cantabria joder es la repera no hay quien nos entienda.Lo mejor es cuando luchamos unos contra otros cuando todos queremos lo mismo.En fin amigo Espino.Nos vemos.
Ya sabemos quien es el "poli malo" y "el poli bueno". ¿Y quién sería "el borroka"?