Noticias de Cantabria
11-12-2007 00:34

Operación Romeo Sierra 2002, defensa conjunta para recuperar la soberanía de la Isla de Perejil.

ERNESTO MADARIAGA: Marruecos abrió en el verano de 2002 un conflicto diplomático con España por la soberanía de la isla de perejil, tras la ocupación por seis militares que izaron la bandera marroquí.

 

La operación Romeo Sierra 2002, con diferentes significados entre políticos y militares, sirvió para romper el aislamiento de cada ejercito, y poner en marcha de forma ejemplar y coordinada, una operación rápida y eficaz que solucionó el conflicto hacia un asunto de orden público que dio una salida airosa a Marruecos. Tras esta experiencia, los ejércitos españoles han sufrido una notable reorganización a los tiempos y amenazas actuales.

 

La isla de Perejil, se encuentra entre punta Leona y punta Almansa, a seis millas de Ceuta. Su forma es casi triangular, su lado mayor apenas mide 500 metros y el menor alcanza los 300 metros. Tiene una superficie aproximada de unos 75.000 metros cuadrados, forma una meseta con una altura máxima de 74 metros, con escasa vegetación y carente de agua. El islote de Perejil, tiene una cueva que puede albergar sin dificultad a 200 personas.

 

La isla perteneció a Portugal desde el año 1.415, y albergó pequeñas edificaciones para defenderse de las acometidas de los piratas berberiscos que merodeaban por sus costas, que vivían de abordar los buques cristianos que cruzaban por el Estrecho. Tras la unión de los reinos de España y Portugal, la “ciudad de Ceuta” y la “isla del Perejil” pasaron a la corona española en 1.581, permaneciendo en ese mismo estatus al separarse España y Portugal, tal como se recogió en el tratado firmado el 13 de marzo de 1.663, por el que España devolvía a Portugal todas las posesiones portuguesas menos “la plaza fuerte de Ceuta” y la “isla del Perejil”.

 

A lo largo de su historia se han realizado diferentes estudios militares para controlar desde el islote el Estrecho, pero siempre se abandonó el proyecto por su dificultad técnica y coste. En 1.808, y tras la invasión napoleónica, sirvió de cobijo a tropas españolas hasta 1.813. Los británicos trataron de ocuparla sin éxito en 1.848. En la firma de la paz de Wad-Ras, el sultán de Marruecos cedió a España "a perpetuidad y en pleno dominio y soberanía, todo el territorio comprendido desde el mar, siguiendo las alturas de la sierra Bullones, hasta el barranco de Anghera".

 

En 1.887, se construyó un faro que permitió tener izada la bandera española de forma permanente. El 1 de abril de 1.889, el sultán de Marruecos quiso colocar un puesto de vigilancia en la isla, pero las protestas del gobierno español descartaron tal pretensión.

 

Al finalizar el protectorado español de Marruecos en 1.956, no se hizo ninguna referencia a la isla, que mantuvo una pequeña guarnición hasta comienzos de los años 60. La última mención oficial de la isla, fue el 26 de febrero de 1986, con motivo de la presentación ante el Congreso de los Diputados del Estatuto de la Ciudad de Ceuta en la definición de su territorio municipal.

 

Conflicto diplomático

 

El 11 julio de 2.002, una embarcación de la Guardia Civil, divisó a las 14’00 horas, dos banderas marroquíes izadas, una tienda de campaña y a una docena de individuos que se habían instalado en la isla del Perejil. Los individuos portaban uniformes de la gendarmería marroquí, mandados por el capitán de corbeta “Said Gournari” de la Marina Real Marroquí. “Said Gournari” fue alumno de la “Escuela de Transmisiones y Electrónica de la Armada” donde cursó la especialidad de Electrónica. Ante los requerimientos de la Guardia Civil de abandonar la isla, se negaron a obedecer. Esa misma tarde, el ministro de Defensa, Federico Trillo-Figueroa se reunió con la junta de Jefes de Estado Mayor para tratar el problema suscitado con Marruecos. En tanto en cuanto no se tomaba una decisión a nivel político, los estados mayores de los tres ejércitos y el estado mayor conjunto de la defensa empezaron a estudiar las diferentes líneas actuación.

 

Tras la presencia estática de un patrullero marroquí frente a la isla del Rey, también deshabitada, se procedió a reforzar las guarniciones del peñón de Vélez de la Gomera y el archipiélago de las Chafarinas. Simultáneamente las guarniciones de Ceuta y Melilla pasaron al estado de máxima alerta.

 

La Armada Española acumuló un espectacular dispositivo naval en aguas próximas a las posesiones españolas norteafricanas, las fragatas “Navarra” y “Numancia”, las corbetas “Infanta Elena” y “Cazadora” y el submarino Tramontana, que ejerció una magnífica operación disuasoria. Todas las unidades a flote portaron compañías de Infantería de Marina.

 

El Ejército del Aire puso en estado de alerta sus Alas XI, XII, XIV, y XV de aviones F/A-18 Hornet y Mirage F-1, de las bases aéreas de Morón, Albacete, Torrejón y Zaragoza, al mismo tiempo que su red de alerta y control, compuesta por todos los Escuadrones de Vigilancia Aérea.

 

Mientras continuaba el intercambio de notas diplomáticas entre Madrid y Rabat sin llegar a ningún acuerdo, los estados mayores de los tres ejércitos seguían planeando una operación conjunta.

 

El día 16 a primera hora, se estableció el buque Castilla como coordinador de todas las operaciones, fondeando en área del Estrecho. En la tarde del 16 de julio, festividad de la virgen del Carmen patrona de la Armada, en la mar se encontraban las fragatas “Navarra”, “Numancia” y “Baleares” en el área del Estrecho, junto con los patrulleros “Laya”, “Cándido Pérez”, “Izaro”, “P-111” y “P-114”. En el área de Melilla, las corbetas “Cazadora” e “Infanta Elena” proporcionaban cobertura naval a las Chafarinas y a la ciudad autonómica. No muy lejos de Tarifa, la Unidad de Operaciones Especiales del Tercio de Armada a bordo del Castilla, con helicópteros de las 3ª' y 5ª escuadrillas de aeronaves, se encontraba lista para intervenir. En el aeropuerto de Málaga el Escuadrón de Zapadores Paracaidistas, había destacado un equipo táctico que se encontraba también listo para entrar en acción.

 

En Rabasa estaban preparados los cuatro “helicópteros Cougar” para transportar a los 23 hombres del “Grupo de Operaciones Especiales III” que iban a intervenir directamente en la recuperación de la isla, a estos, se unieron cinco infantes de marina, (dos tenientes, un brigada y dos cabos). Estos helicópteros de transporte irían escoltados, desde la base de El Copero (Sevilla), por tres “helicópteros de ataque HU-10”.

 

A las 23’43 horas el Presidente del Gobierno, José María Aznar tomó la decisión de realizar una intervención militar rápida y por sorpresa. La “hora H” se fijó a las 06’17 horas del día 17 de julio.

 

El día 17, se encontraba frente a la isla del Perejil el patrullero “Al Hahiq” de 475 toneladas. A las 06’27 horas, con un ligero retraso sobre el horario previsto, por el fuerte viento de 35 nudos de levante, aterrizaron los tres helicópteros “Cougar”, que depositaron a los 23 efectivos del “GOE III” y a los cinco infantes de marina. Paralelamente los patrulleros de la Armada Española, “Izaro” y “Laya”, se situaron a los costados del patrullero marroquí “Al Hahiq” sin permitirle reaccionar ni abrir fuego, todo ello ante la vigilancia de la “fragata Navarra”, pendiente de la maniobra con todos sus sensores y armas listos para operar.

 

Los seis ocupas de la isla, no reaccionaron y, siguiendo las indicaciones del “Cougar” que portaba un equipo de megafonía, entregaron sus armas. La bandera marroquí fue reemplazada por la española en 35 minutos. Una hora más tarde, efectivos de la “Legión de Ceuta” relevaban en la isla a los efectivos de operaciones especiales. Tras recibir un desayuno caliente y una muda de ropa, se examinó a los seis militares marroquíes por un traumatólogo y un dentista. A las 10 de la mañana, fueron entregados a Marruecos en el puesto fronterizo de El Tarahal.

 

Durante el desarrollo de la operación y horas posteriores, se mantuvieron en estado de máxima alerta la vigilancia del espacio aéreo nacional, con instrucciones de interceptar cualquier traza no identificada que tratase de penetrar en el espacio aéreo español.

 

La crisis de la isla del Perejil ha servido para demostrar que las fuerzas armadas españolas son capaces de realizar una operación conjunta de forma impecable. Llegado el caso de una confrontación con algún vecino norteafricano, las fuerzas armadas españolas se verían irremisiblemente solas para afrontarla, puesto que dicha zona “no es zona OTAN”, todo un problema.

 

La Operación Romeo Sierra 2002, ha sido la primera operación militar conjunta que acometen las fuerzas armadas desde el abandono del Sahara en 1975. El conflicto sobre la isla de Perejil, quedó reconducido con gran habilidad a un asunto de orden público, con el desalojo de unos ocupas que acamparon sin permiso, quitando importancia a la eterna pretensión soberanista de Marruecos, algo que sigue latente.

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