Mujeres directivas

Dedicado a una pionera: Pilar Gómez Acebo.

Una de las más prestigiosas firmas de consultoría del mundo, si no la más, acaba de publicar un estudio sobre las empresas que tienen mujeres en sus puestos directivos de más nivel, incluso en los consejos de administración.

Una de las conclusiones del estudio es que estas empresas suelen superar en resultados a las que no tienen mujeres entre sus puestos ejecutivos. Analizando las 500 empresas más importantes según la revista Fortune, el promedio de los resultados de las que tienen en sus consejos un porcentaje mayor de féminas es superior y la organización más eficiente, que aquéllas con menor porcentaje de mujeres en los órganos de administración. A esta conclusión llega también la organización norteamericana Catalyst. La vicepresidenta de esta Institución, Debbie Soon, dice “la mayoría de las compañías que no tienen mujeres en altos cargos se encuentran en el cuartilo más bajo en cuanto a rendimiento”.

¿Significa esto que las altas directivas producen rendimientos más elevados?. No necesariamente; lo que ocurre al parecer es que allí donde hay mujeres directivas se producen cambios de comportamientos y de entorno que mejoran la rentabilidad.

En la revista “Harvard Business Review” de diciembre de 2006 , Alison M. Konrad y Vicki W. Kramer dicen que han investigado la presencia de mujeres en los consejos y que han llegado a algunas conclusiones.

Suelen aportar tres cosas que no hacen los varones: en primer lugar, ensanchan el ámbito de los debates de los consejos para tener más en cuenta los intereses de empleados, proveedores, clientes y el conjunto de la sociedad; en segundo, son más tenaces que los hombres cuando se trata de encontrar respuestas a preguntas complicadas ( posiblemente porque los varones se creen en “la obligación” de tener todas las respuestas); y finalmente, porque tienen un enfoque de dirección mucho más colaborativo, lo cual mejora la comunicación entre los consejeros y entre éstos y los directivos.

¿Basta con tener una mujer en el consejo?. Según estos autores, una sola puede encontrarse aislada y marginada. Si son dos, pueden ser vistas como un grupo aparte que tiene su propia agenda. Parece que la masa crítica son tres; con este número los varones ya no pueden hablar de “nuestras consejeras mujeres”; y éstas no se consideran marginadas. Como dice una de ellas: “ Así no se compite por lograr que la escuchen a una. Se produce una dinámica de apoyo, menos combativa y más colaboradora. Se ve cómo los varones se permiten una descompresión de su estilo normalmente muy agresivo”.

La cuestión es si todos estos beneficios las producen las mujeres por sí mismas o si estas ventajas empresariales son consecuencia de la diversidad que adopta la empresa que decide que ellas también tienen que ser consejeras. Al final, quizá es irrelevante cuál es la causa si el efecto es positivo.