Muchos de la “casta” siguen disfrutando de privilegios

El anuncio realizado por la titular de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, de eliminar el Consejo Consultivo y dar vacaciones a sus miembros, eliminando los sueldos, guarda espaldas, secretarias y coches oficiales,  ha creado una serie de comentarios y protestas por buena parte de quienes están acostumbrados a vivir de las rentas, pues no encuentro otra palabra que recoja mejor estas prebendas de quienes en su día ocuparon un cargo público. Entre tantos comentarios quizás los más extemporáneos hayan sido los del ex presidente Joaquín Leguína, convencido de que ocupaba el cargo por méritos propios y era digno merecedor de la alta remuneración que llegaba a sus bolsillos mensualmente. Todo eso quizás lo entenderíamos si se hubiese limitado a explicar los informes y estudios realizados a lo largo de todos estos años, pero no ha sido el caso. Bien al contrario, se ha limitado a defender  su puesto y esos privilegios que a buen seguro sonrojan a la práctica totalidad de sus compañeros socialistas. 

Desde luego que ese proceder no encaja con el pensamiento del fundador del  Partido Socialista Obrero Español, por lo que no podemos entender qué hace esa persona militando bajo dichas siglas que en día representó y creo que acertadamente al frente del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Pero aquellos tiempos, en los que la política se entendía como servicio a la comunidad, pasaron y ahora hay muchos de estos antiguos militantes del PSOE que han cambiado el pensamiento o la chaqueta. La postura de este representante y otros de su estilo quizás explique el rechazo de los madrileños a las listas presentadas por el PSOE en los últimos años y justifique sus  fracasos electorales. El  señor Leguína, si fuese un poco coherente, debería admitir la eliminación de ese organismo creado por el PP para recolocar a las viejas glorias de la política y admitir que en esa actividad se está temporalmente para servir a los ciudadanos y no para vivir permanentemente de privilegios a costa de los dineros públicos.

Este caso tiene cierto paralelismo con el destapado por la alcaldesa Carmena con el consejo de administración del Instituto de Ferias de Madrid (IFEMA), donde viejos políticos del PP, con Alvarez del Manzano a la cabeza, han estado disfrutando de nominas escandalosas, sin enterarse que el país atravesaba una crisis económica que ha afectado a todos los sectores, menos a ellos, los privilegiados. Al final, no pueden extrañarse de que partidos emergentes que entienden la política como servicio  les llamen “casta”, porque realmente lo son y se consideran como los antiguos señores feudales con derecho de pernada.