26-02-2009 10:00
La justicia por su mano
Al conocer la noticia del ataque a una herriko taberna en Lazkao, Guipúzcoa, por una víctima de ETA, me he llevado un gran disgusto: el de sentir alegría ante lo que, en una sociedad sana, me debería espantar.
Menos mal que, para ahogar cualquier remordimiento, al poco tiempo han acudido en mi socorro las declaraciones de algunos políticos de la zona que constituyen la prueba irrefutable de que si los ciudadanos vascos no se toman la justicia por su mano, ahí no habrá ninguna justicia.
Escuchar a Olabarría, el nacionalista del PNV, que “sin justificarla puede llegar a comprender" la reacción de este vecino, ya que "la violencia es algo insoportable muchas veces" es oír el mayor reconocimiento de culpa que cabría imaginar en uno de su especie. Es notorio que el PNV lleva casi treinta años gobernando a sus anchas en el País Vasco. Treinta años de indecencia moral en los que, trastocando los valores éticos más elementales, han antepuesto su voluntad secesionista al cumplimiento de la obligación de defender a todos los ciudadanos. Tres décadas durante las cuales los vascos no nacionalistas han sido asesinados, amenazados, discriminados, secuestrados y humillados mientras “su” Gobierno daba palmadas en la espalda a los agresores. Tres décadas de ignominiosa dejación interesada de funciones. Pero en todo este tiempo ésta es la primera vez que les oigo reconocer hasta qué punto han convertido esa tierra en un infierno, hasta qué punto tras sus treinta años de gobierno aquello es un lugar de violencia insoportable.
Oír a Pachi López, líder regional del PSOE, candidato electoral con muchas posibilidades de alcanzar la Presidencia del País Vasco, que a Emilio Gutiérrez, el autor del ataque, le será muy difícil poder volver a vivir en su municipio, es escuchar un canto de impotencia frente a la verdadera violencia que asesina cada día a nuestros compatriotas vascos; la violencia de aquéllos ante los que este personaje quería rendirse hace tan poco tiempo; la impotencia de un aspirante a Presidente que se reconoce incapaz de devolver la Justicia a esa tierra.
Estos dos destacados políticos de los dos partidos que se disputan el poder autonómico el próximo domingo han reconocido ante el pueblo vasco que la violencia etarra campa a sus anchas y que no tienen esperanza de conseguir domeñarla. ¿En esas circunstancias se puede criticar al que asume el riesgo de tomar por sí mismo la Justicia que todos esos irresponsables le dicen que nunca tendrá?
Menos mal que, para rematarlo, el Lehendakari ha dejado su frase de oro para la posteridad: "en un Estado de Derecho hay que confiar en la Policía y en la responsabilidad de los líderes políticos para arreglar las cosas a través del diálogo".
Sabiendo cómo maniata a la Ertzantza y a qué diálogo se refiere Ibarreche dan unas ganas enormes de comprarse una maza.
P.D.: No sería humano terminar este artículo sin rendir un emocionado homenaje a las víctimas del asalto: una cafetera, un ordenador, una televisión, algunos muebles y varios cristales. No es de extrañar que tan abultadas pérdidas hayan movilizado a los batasunos del lugar. Hijos de la gran puta.
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Comentarios(5):
Admirador: Gracias. Coincido con casi todo lo que dices: la responsabilidad de los nacionalistas injustamente llamados democráticos provoca la náusea. Y el entreguismo de los partidos mayoritarios de ámbito nacional cuando necesitan los votos de aquéllos es aún más desmoralizador: se soporta mucho mejor la cuchillada del enemigo que la del supuesto protector, porque ésta además mata la esperanza. En la base de este entreguismo está otro de los grandes pecados originales del actual régimen: el peso electoral que, abducidos por sus mentirosas pretensiones de tratos diferenciales, se concedió a los nacionalismos. La consecuencia es que se ha dado carta blanca al PNV y, por su sectarismo, hay una parte de España en la que la democracia no existe. Y la gravedad de esto es tal que es imprescindible corregir el error: hay que modificar la ley electoral y devolver a los nacionalistas a su ámbito de decisión (el de ejercer el poder autonómico que quieran darle sus ciudadanos en elecciones LIBRES, no el de decidir el destino del país). A ver si aprendemos de países vecinos que, cuando la gravedad de la situación lo exigió, supieron dar los necesarios giros de timón (¿por qué número de República van en Francia?). En lo que no coincido es en que Cantabria sea un país distinto del de los vascos, aunque gracias a Dios en cuanto a lo que estamos hablando sea otro mundo. Salmoniux: tenemos la obligación de exigir a las autoridades que garanticen el derecho de Emilio Gutiérrez a volver a su casa. Tenemos que ser las moscas cojoneras que les obliguen a poner el asunto "Emilio" encima del montón de temas urgentes. Si damos tregua a las autoridades en este tema estaremos empezando la cuesta abajo que lleva al mismo estercolero moral en que han convertido al País Vasco. Retomando el estilo de un reciente conflicto político, los españoles de todo signo deberíamos empezar una campaña en la que se repitiera cada vez algo así como: son las doce horas del día 28 de febrero de 2009 y Emilio Gutiérrez aún no puede vivir en su pueblo. Saludos.
sin violencia, con las manos y descubierto, que pena no podra volver nunca
Querido Espino me gusta tu estilo .Me habia hablado un amigo mutuo de que escribias y te he leido.Lo mejor el final.A mi me da asco la situacion del Pais vasco pero más asco me dan los politicos en su escala de poder.Asi ocupa la punta de la piramide ese cara dura y sinverguenza que miente más que habla que se llama Sr Spot alias el cinico.Despues esta el consentidor y sus afines el zapatero como antes lo fue el Aznar.Ambos zapateros y aznares son culpables de lo que alli ocurre Y en la base están los ciudadanos que tienen miedo y cuando alguno hace lo que incoscientemente ha hecho este pobre hombre tiene que emigrar a otro pais por ejemplo a Cantabria .Esto es democracia ,puta democracia de mis cojones
Te contesto brevemente porque es muy difícil escribir mientras mantengo los dedos cruzados y rezo para que el PSE no ceda por segunda vez ante los chantajes de un PNV al que necesita en el Parlamento nacional. Es una oportunidad de oro, quizás la última, de devolver la normalidad a esa tierra. ¡Ojalá sepan aprovecharla!
Parece que se abre una etapa esperanzadora en el País Vasco, si, al fin, los partidos no nacionalistas anteponen el interés general al particular y descabalgan al sectarismo nazionalista, quitándoles resortes importantísimos, como son el control de la Policía autonóma y sobre todo, el control de los presupuestos, para que los dineros públicos no vayan a asociaciones proetarras y filoterroristas. Habrá, no obstante, que esperar. Esperar, como tú dices, a que llegue el cambio y se imponga la racionalidad, que los que se tapen la cara con pasamontañas sean los terroristas y no los policías, que los que tienen ideas democráticas y quieran ejercer la política no tengan que llevar protección, para que las banderas legales ondeen en los edificios públicos, para que los docentes puedan dar sus clases sin miedo al mundo etarra, para que los libros de texto no prediquen con mentiras el odio a España, para que la gente de la calle opine sin tener que mirar a ver quién les escucha. Cosas normales en cualquier democracia pero que en el País Vasco han convertido en raras los gobernantes nazionalistas. Una oportunidad de oro. Veremos.