Noticias de Cantabria
16-07-2012 11:40

Fuga de capitales, la muerte silenciosa.

Cuando una economía, como la española, está en recesión y además sufre una crisis bancaria se produce una fuga de capitales debido a las dudas y a la desconfianza que ello genera en los ahorradores e inversores.

Esta fuga  consiste básicamente  en una retirada de capitales por parte de los inversionistas extranjeros y lo que es más peligroso una transferencia de ahorros e inversiones de España a países fuertes de la zona euro, Alemania principalmente, o de fuera de la zona como EEUU, Suiza o Reino Unido.
La salida de capitales es el indicador de que la economía española tiene problemas muy graves de financiación, si España tuviese moneda propia, sin duda, hace tiempo que se hubiese visto obligada a devaluarla de manera drástica.


La pérdida de competitividad de la economía española en los últimos años, el creciente nivel de deuda pública y la debilidad de la banca dejan un combinado difícil de tragar que oscurecen las perspectivas a medio plazo
Para acabar con esta situación es necesario realizar reformas políticas y económicas claras y convincentes que devuelvan la confianza a los inversores nacionales y sobre todo a los internacionales pero esto requiere tiempo.
 España necesita la  solidaridad de sus socios europeos, principalmente Alemania, para conseguir este tiempo. Para ello deben de apoyar una rebaja de la prima de riesgo española mediante la compra de deuda soberana en el mercado secundario por parte del BCE pero no parece claro que esto vaya a ser así


Da la sensación de que  Alemania no tiene interés en dar una solución definitiva a la crisis de la zona euro pero que tampoco quiere que se le vaya de las manos. Parece que el objetivo de Merkel es ganar tiempo para llegar a las elecciones generales alemanas del próximo año con altas posibilidades de ser reelegida, intentando contentar a la opinión pública alemana que está en contra de las ayudas a los países periféricos y midiendo los pasos para que una posible ruptura de la zona euro y las duras consecuencias que esto traería para todos los países que la componen no la estalle en las manos antes de las elecciones, para una vez reelegida gritar el “Sálvese quien pueda”.


Ante este probable horizonte España debería platearse seriamente si merece la pena seguir en la zona euro bajo estas condiciones agónicas y sin un claro horizonte de apoyo de sus socios para poder salir adelante.
Puede ser mejor asumir de una sola vez las drásticas consecuencias de una salida del euro y volver a empezar a construir el país desde abajo. Hay veces que para construir antes hay que destruir.
Carlos García Repetto.

 

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