Noticias de Cantabria
26-12-2006 15:10

El zulo de las mentiras

Jesús Salamanca Alonso: Independientemente del juego que se traen Mesquida y su entorno, el descubrimiento del zulo en Amorebieta preocupa considerablemente a los servicios de información de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado

     Si es cierto, como parece serlo, que el zulo descubierto por la Ertzaintza en Amorebieta (Vizcaya) contenía material de uso habitual por ETA para hacer explosivos y, además, queda demostrado que era reciente, estamos ante varias evidencias que Juan Mesquida oculta, bien por ignorancia, bien por interesado despropósito o simplemente por agachar la cerviz ante las órdenes de su ‘amo y señor’.  

     Una cosa es que Mesquida sea fiel y leal a quien le nombró director general de la Policía y de la Guardia Civil y otra cosa es que despache el interés ciudadano con una ‘larga cambiada’, dando a entender que la opinión general no merece explicaciones o que carece de entendederas. En sus afirmaciones se aprecian una declaración mal intencionada y un deseo democrático de la sociedad, aunque no falten dudas, muchas dudas, y no menos sospechas. 

     Por una parte, según este cargo de libre designación “no hay datos que hagan pensar ahora mismo que ETA se está rearmando”. Tal afirmación es una evidente tomadura de pelo y un brutal ataque al sentido común. Juan Mesquida no ha debido de oír hablar del probado robo de armamento por parte de ETA en Francia, o tal vez ha pensado que eran trescientas cincuenta pistolas de agua para jugar en la Semana Grande de Bilbao y en los Sanfermines navarros. Mesquida y su entorno deberían ser más sensatos en sus declaraciones, ya que con afirmaciones como la expuesta se convierten en centros de desconfianza ciudadana y en fáciles estafermos para la crítica, el reproche y el desprecio. 

     Por otra parte, algunos montan una mentira sobre un deseo ciudadano; aunque para ellos se convierta en una verdad a medias y, ya se sabe, una verdad a medias es una mentira. Dice Juan Mesquida que el zulo encontrado en Vizcaya es una prueba de que “las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado no han bajado un milímetro la lucha contra el terrorismo”. En un Estado democrático tal afirmación debería ser cierta y queremos creer que lo sea, pero llueve sobre mojado y lo del ‘milímetro’ es difícil de creer desde el chivatazo policial a los encargados de recaudar el impuesto revolucionario y  gestionar la extorsión periódica que emana de la banda. 

     Independientemente del juego que se traen Mesquida y su entorno, el descubrimiento del zulo en Amorebieta preocupa considerablemente  a los servicios de información de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado; máxime si ese hallazgo puede suponer que  la banda terrorista esté trasladando a España material presuntamente robado en Francia. Esto es una prueba, frente a las afirmaciones de Mesquida. Y es que ETA se está  rearmando en el interior de España y su actividad de aprovisionamiento no se limita a Francia, como hasta ahora creían algunos.  

     Mucho más precisa y acertada que Juan Mesquida ha sido la admirada, Maite Pagazaurtundua, al incidir en que el zulo de referencia muestra algo "que mucha gente no ha querido ver, y es que el mundo de ETA-Batasuna siempre actúa con varias barajas".  

     Una vez más se prueba que ETA desoye al Gobierno; el ejecutivo no ha sido capaz de verificar las verdaderas intenciones de la banda sobre el cese de actividad terrorista; se muestra incapaz de controlar la violencia callejera de los ‘borrokas’; no puede impedir que ETA siga colocando artefactos explosivos; los violentos se mofan de la ciudadanía y siguen utilizando el amedrentamiento y el sabotaje como presión gubernamental.

 

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