El campo de Cantabria abandonado y la industria y construcción en agonia

Dicho proyecto incluía un estudio para aplicar fórmulas ded reactivación para el campo cántabro a lo largo de seis años, desde 2014-2020. Ahora hemos sabido que dicho plan  se había hecho muy mal, en un despacho de la Consejería, sin aplicar un proceso participativo y dialogado según establecía  la estrategia Leader que exige Bruselas. Una vez más el Gobierno de Ignacio Diego hace planes de espaldas al sector y a las organizaciones ecologistas. Para más abundancia propone soluciones sin presentarlas al debate del Parlamento de Cantabria. Como viene demostrando   reiteradamente, el Gobierno de Ignacio Diego pasa de formulismos y debates democráticos pues entiende que está por encima del bien y del mal y le asiste la razón siempre.

Claro que visto lo visto y las más de tres centenares de observaciones al documento hay que pensar que el presente Gobierno de Cantabria desconoce absolutamente las necesidades del mundo rural o como en esas zonas de la Cantabria profunda la población es escasa – y también los votos- destina sus esfuerzos a otros sectores con claro desprecio para los que viven del campo. Agricultores, ganaderos y pobladores del mundo rural pueden despedirse del interés de Ignacio Diego o su consejera por sus problemas. Esto quizás explique la continuo pérdida de población del mundo rural ante la falta de ayudas y escasez de servicios.

Las observaciones planteadas atacan abiertamente el documento cántabro llegando a exigir que el plan se adecúe mejor a los problemas del medio rural que el propio Gobierno describe y que justifique las medidas que plantea para solucionarlos. Incide 

en la creación de empleo y las condiciones laborales, para los que exige más  atención a las características socioeconómicas de la región y a las posibilidades de creación de empleo de sectores que favorecen el crecimiento relacionados con la agricultura y la silvicultura de conformidad con la estrategia regional. También 

plantea la participación, la situación y las condiciones laborales de las mujeres y los jóvenes y exige más información sobre las personas que están en riesgo de pobreza y exclusión social en el medio rural.

Demandan las observaciones que se explique en qué contribuyen las inversiones previstas al desarrollo local y si son acordes y coherentes los planes del Gobierno de Cantabria con los planes de desarrollo de municipios y pueblos en zonas rurales.

En resumen, la falta de participación en materia de desarrollo rural demostrada por el Gobierno de Ignacio Diego, queda ratificada cuando la Comisión llega a exigir que el documento determine si los proyectos de formación de la población y promoción  en los Grupos de acción local van a ser  los beneficiarios.  

Si a este abandono del campo regional añadimos que la industria y la construcción en Cantabria en 2014 descendió a niveles de los años noventa. tendremos que preguntarnos que hace y pinta este Gobierno, al margen de sus continuas y cansinas campañas propagandísticas  que ya engañan a muy pocos. Y es que las estadísticas de retroceso en todos los parámetros a lo largo de esta legislatura son determinantes.