Noticias de Cantabria
19-02-2016 07:00

El ágape de los dinosaurios del PSOE

Los partidos políticos deben desprenderse cuanto antes de quienes han hecho de la política una profesión y aprobar un código ético inequívoco consustancial con el pensamiento de la izquierda.

Se han reunido días pasados las viejas glorias del socialismo español en torno a un supongo que esplendido ágape y en tiempo de digestión, que no de reflexión, aprovecharon para dar su parecer sobre la actual situación política y orientar a los posibles candidatos para dirigir los previsibles pactos y futuros destinos de la nación, así como establecer las posibles coaliciones entre los cuatro partidos más respaldados por los votos de los españoles.

Pletóricos  de orgullo patrio y creyéndose con el pleno derecho que les da el haber sido servidores de la Patria  no han sentido rubor para  orientar al secretario general del PSOE y decirle con quien puede o no puede pactar para intentar formar un posible Gobierno para España. En su opinión, no se debe articular un pacto con Podemos y nacionalistas por lo que es más conveniente que siga gobernando el PP o vuelvan a repetirse las elecciones. Supongo que estas reflexiones  de los históricos dirigentes, hechas a bombo y platillo,  también irán dirigidas a los afiliados al partido, aunque dudo que coincidan con la mayoría de las opiniones  de los socialistas de base, muchos de los cuales rechazan  las opiniones de Joaquín Leguina en sus colaboraciones en el canal de televisión propiedad  de la Iglesia, por no coincidir con los ideales socialistas.

En este clima de opiniones no han faltado las del ex ministro  José Luis Corcuera y las del ex presidente Felipe González. Todas ellas dirigidas en el mismo sentido y coincidiendo con los planteamientos de representantes de la banca, la patronal y otros estamentos alineados con la derecha. Triste espectáculo para muchos ciudadanos que en otros tiempos votaron al PSOE y ahora se lo piensan dos veces porque no entienden bien lo que está pasando. Desconocen por qué estos cambios de pensamiento de estos dirigentes de épocas ya pasadas pero que se resisten a entender que su hora ya pasó. Quizá la utilización de tantas puertas giratorias  y su presencia en consejos de administración con abundantes emolumentos les han obnubilado las mentes  y se han olvidado de sus orígenes en la política. Me pregunto si no será ésta una de las razones para que muchos socialistas hayan dejado de votar a las siglas del PSOE, desencantados con el comportamiento de sus históricos representantes. Y es que resulta sospechosa la coincidencia  de Esperanza Aguirre apoyando la propuesta de Felipe González de incluir en el Código Penal la figura delictiva del enriquecimiento ilícito porque, "por absurdo que pudiera parecer, ese aumento patrimonial injustificado en un cargo público no está, a día de hoy, contemplado como delito en el ordenamiento jurídico". El caso de Joaquín Leguina con su presencia en ese Consejo Asesor del Gobierno de la Comunidad de Madrid es otro ejemplo lamentable de su compartimiento como socialista, que se aferra a prebendas y ventajas por haber ocupado cargo político. De José Luis Corcuera, recordado por su Ley de la patada a la puerta, mejor no hablar, porque el ridículo fue sonado. Así que estos tres históricos socialistas junto con sus compañeros de mesa y mantel, mejor que sigan comiendo cuantas veces quieran pero, cuando menos, olviden su pertenencia al PSOE, y se guarden sus consejos pues sus ejemplos actuales son poco edificantes y se asemejan poco al del fundador Pablo Iglesias.

Quizás su falta de ejemplo haya sido determinante para que muchos antiguos socialistas hayan cambiado su voto. Sobran por tanto opiniones y ejemplos de quien ha perdido todo el respeto de la ciudadanía si es que lo tuvieron algún día. Dejen trabajar a las jóvenes hornadas, aunque se equivoquen. Ya está bien de ocupar los sillones siempre los mismos y utilizar las puertas giratorias para continuar con las prebendas y sirviendo a las grandes empresas de las que perciben pingües emolumentos. Esto solo demuestra que tengan razón los que propugnan cambios de fondo y haya que poner plazos para los mandatos, tanto al frente de los partidos como de los cargos públicos. Los partidos políticos deben desprenderse cuanto antes de quienes han hecho de la política una profesión y aprobar un código ético inequívoco consustancial con el pensamiento de la izquierda.

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