Dos estrategias equivocadas

En resumen, afirmaba que el protocolo suscrito entre el Ayuntamiento de Torrelavega y el Gobierno de Cantabria, que sienta las bases para la próxima construcción de un Palacio de Justicia en la ciudad, supone un regalo del Consistorio al Ejecutivo autonómico, por cuanto el primero entrega la finca en la que se ubicará la nueva sede, mientras que el Gobierno cántabro no se compromete a ceder el edificio de los actuales juzgados, situado en la Plaza Baldomero Iglesias.

En primer lugar no puedo dejar de mostrar mi perplejidad por el absoluto desconocimiento que, con sus declaraciones, evidencia el señor Calderón. Sin duda, prefiero pensar que es ése el motivo, y no la mala fe, el que le lleva a sostener esas afirmaciones que son, simple y llanamente, falsas.

El texto del protocolo suscrito entre ambos entes cita expresamente la entrega de bienes por parte del Gobierno de Cantabria. Y si en ese documento (más adelante expondré dónde queda este extremo convenientemente “atado”) no se concreta qué bienes son esos, es porque, en estos momentos, la Administración de Justicia en Torrelavega no sólo está utilizando el edificio de Baldomero Iglesias, sino también la sede del actual juzgado número 6, que se halla igualmente en un inmueble facilitado por el Ayuntamiento, y el centro cívico Lázaro Baruque, en Juan XXIII.

Y aún hay otra dependencia municipal más que se pondrá al servicio de la Administración de Justicia, puesto que está en trámite la cesión en uso de un local situado justo en frente de la Plaza Roja, en el que se ubicará el Registro Civil.

De este modo, es rotundamente falso que el Gobierno de Cantabria no vaya a ceder a Torrelavega el edificio que, a día de hoy, alberga los juzgados cuando esté concluida la construcción del Palacio de Justicia en la finca de El Carmen. No sólo cederá ese edificio, sino que, además, retornará al Ayuntamiento todos y cada uno, (todos y cada uno, permítanme repetirlo) de los que actualmente están cedidos al Gobierno de Cantabria y primero lo estuvieron al Ministerio de Justicia para la prestación de servicios relacionados con la Administración de Justicia.

Y así se recoge en el protocolo. Un texto que, entiendo, los concejales populares en el Consistorio, incluido, por supuesto, su portavoz, habrán tenido oportunidad de estudiar convenientemente.

Aún más, la cesión del edificio Baldomero Iglesias sí se contempla expresamente en el procedimiento específico de permuta de éste por la finca de El Carmen que el Gobierno de Cantabria ya ha tramitado y trasladado al Ayuntamiento de Torrelavega, para que muestre su conformidad en los exactos términos del acuerdo adoptado por el Pleno municipal. Así, ese documento fija específica y expresamente que el edificio de Baldomero Iglesias será devuelto al Ayuntamiento.

Además, he de destacar que lo que en su día el Consistorio cedió al Ministerio de Justicia, órgano competente en la gestión de los medios materiales y personales al servicio de esa Administración hasta el pasado 1 de enero, fue únicamente el solar en el que, posteriormente, se levantaron los juzgados. Ahora, en cuanto esté finalizado la construcción del Palacio de Justicia, se devolverá éste y, además, se cederá el edificio en él construido, un inmueble de 2.000 metros cuadrados y cuya nueva construcción supondría a las arcas municipales un desembolso de unos tres millones de euros. Así, al día siguiente de la puesta en marcha de la nueva sede judicial de Torrelavega, el Ayuntamiento podrá hacer completo uso de él, dedicándolo a los servicios que estime más oportunos.

Por todo ello, con la reiteración sistemática de las mismas falsedades, da la impresión de que el señor Calderón, implícitamente, se está oponiendo al futuro de Torrelavega, al futuro de la Administración de Justicia en la ciudad.

No se puede olvidar que la devolución de todos estos edificios será posible gracias a la construcción del primer Palacio de Justicia de Cantabria -el primero, en Torrelavega-, que convertirá a la ciudad en punta de lanza de una transformación que el Gobierno de Cantabria acometerá, paulatinamente, en toda la Comunidad Autónoma.

Esta actuación supone un inversión de siete millones de euros, aportados íntegramente por el Gobierno de Cantabria, y revertirá, nadie puede dudarlo, en una mejora efectiva en la prestación de este servicio esencial que es la Justicia.

Por otro lado, entre los argumentos esgrimidos por el portavoz popular para sostener sus afirmaciones, hay algún otro sobre el que no puedo dejar de mostrar mi absoluta perplejidad. Yo nací y he vivido en Santander durante toda mi vida. Quiero a mi ciudad, como el señor Calderón, no me cabe la menor duda, querrá a la suya. Pero, por encima de ese sentimiento, está mi respeto y mi cariño hacia Cantabria, hacia el conjunto de la Comunidad Autónoma con los 102 municipios que la componen. Y es en ese marco en el que se inscribe mi actuación como consejero de Presidencia y Justicia del Gobierno de Cantabria. De toda Cantabria.

Así, que alguien que ostenta un cargo público, que representa a miles de ciudadanos de Torrelavega, afirme que el Gobierno de Cantabria le da “poca importancia” a la ciudad o, más grave aún, que a algunos les “pesa” que ésta sea la segunda en importancia de Cantabria es una irresponsabilidad de tal magnitud que, creo sinceramente, se descalifica por sí misma.

Alentar un enfrentamiento entre los distintos pueblos y ciudades que componen Cantabria, apelar a que este Gobierno deja de lado a Torrelavega, sembrar el fantasma del agravio comparativo, impulsar ese enfrentamiento ficticio… son errores tan evidentes que pocas líneas más hacen falta para comentarlos.

Es cuestión de tiempo. Todos los torrelaveguenses, todos los cántabros veremos pronto cómo Torrelavega se convierte en la primera ciudad de nuestra Comunidad Autónoma en contar con un Palacio de Justicia. Todos comprobaremos cómo cada uno de los locales municipales cedidos a la Administración de Justicia son devueltos a los torrelaveguenses. Por eso, desde estas líneas, señor Calderón, le insto a sumarse, de una vez por todas, a un proyecto que es tan ilusionante como beneficioso para la ciudad. Le pido que lo haga porque estoy seguro, completamente seguro, de que, cuando todos estos proyectos hayan culminado, no le agradará comprobar que ha perdido su tiempo y esfuerzo en una polémica ficticia y vacía de contenido.