Noticias de Cantabria
Opinión 15-03-2018 14:30

Un paseo por el Sardinero….

Aprovechando las cambiantes condiciones climatológicas hemos realizado un paseo por el Sardinero acompañados de grata y amistosa compañía lo que nos ha permitido recorrer todo el perfil marítimo y observar la belleza natural de nuestras playas y paseos ...

 

Aprovechando las cambiantes condiciones climatológicas hemos realizado un paseo por el Sardinero acompañados de grata y amistosa compañía lo que nos ha permitido recorrer todo el perfil marítimo y observar la belleza natural de nuestras playas y paseos adornados con las olas producidas por un viento nordeste. También es cierto que el paseo nos ha permitido observar muchos desperfectos fáciles de subsanar con un poco de interés que se ponga desde el Consistorio. Y me estoy refiriendo a aquellas deficiencias causadas por el paso de los años o producidas por las inclemencias de las mareas o los fuertes vientos, más habituales en esta época del año.

Lo cierto es que los viandantes comprueban que hay un cierto abandono desde los organismos públicos en mantener en perfecto estado unos espacios que son muy frecuentados por los santanderinos y visitantes, especialmente cuando llega la primavera, estación ya muy próxima. Entre las muchas deficiencias observadas llama la atención el deterioro de las barandillas metálicas en la zona del espigón situado frente al restaurante Chiqui, en cuyo tramo se encuentra, donde también se registran dos contenedores subterráneos en estado lastimoso para la vista y también para la seguridad ciudadana. Sin entender en la materia, o se mejora el mantenimiento contra el oxido propio del salitre marítimo o se sustituyen por otros elementos nuevos, barandillas y contenedores. Desconozco si el responsable es el Ayuntamiento capitalino, la Autoridad Portuaria o la empresa responsable de la limpieza viaria, pero lo cierto es que no se pueden mantener así y menos después de haberse producido un accidente  por unas barandillas similares en la playa del Camello cuando cayeron al vacío hace ahora ocho años cuatro turistas gaditanos que habían llegado desde Chiclana de la Frontera, para pasar unos días con sus hermanos de El Astillero, ciudad con la que está oficialmente hermanado  desde hace treinta años, el municipio gaditano.

El discurrir del paseo nos llevo hasta la entrada peatonal a la playa, donde nos encontramos con tres banderas zarandeadas por el viento y que más que banderas parecen guiñapos lo que ofrece una pobre imagen del lugar y de una de las playas que quiere figurar entre las más bellas de España. Y así seguimos con los desperfectos causados por las mareas vivas a las   concesiones hosteleras y las baldosas que “bailan” sobre el paseo que discurre junto a la arena entre la que sobresalen los pilares de hormigón donde en su día se instalaron duchas para los bañistas, que también estas descolocadas. Si a esto añadimos la falta de pintura en los bancos del parque de Mesones o del propio Piquío, recinto que, a pesar de su antigüedad, está bien cuidado. Esperemos que no llegue ninguno de los actuales políticos iluminados y plantee su remodelación. La conclusión después de contemplar el estado de abandono apuntado de toda la franja del Sardinero es saber si estas deficiencias observadas por un ciudadano paseante figuran en algún dossier donde se recogen las averías y deficiencias de calles, plazas y paseos. Supongo que para eso están los miembros de la Policía Local y que después tendrán que observar los ediles para ordenar su reparación y puesta a punto. La reflexión es que si no fuese así para que necesitamos tantos políticos y empleados públicos que no se preocupan en demasía de los aspectos visibles de la ciudad.

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