La compatibilidad entre donante y paciente, más importante en el trasplante fecal de lo que se pensaba
Científicos que estudian los trasplantes de heces han conseguido identificar qué cepas de bacterias de una muestra de donantes se mantienen en el intestino de un paciente después de un trasplante. El equipo, dirigido por el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL, por sus siglas en inglés), encontró que la compatibilidad entre el donante y el paciente probablemente juega un papel más importante en estos trasplantes de lo que se pensaba.
"En última instancia, el objetivo es pasar de un trasplante de heces a algo más manejable, como una píldora --subraya Simone Li, que llevó a cabo la investigación en el EMBL--. Nuestro trabajo demuestra que es probable que esto se convierta en un cóctel de bacterias personalizado, en lugar una solución de talla única".
Los trasplantes de heces --también conocidos como trasplantes de la microbiota fecal-- implican tomar microbios de las heces de un donante sano y transferirlos al intestino del paciente con el fin de que ayude a restaurar la salud de los pacientes que sufren trastornos en los que se altera el equilibrio normal de los microbios en el intestino.
El enfoque ha tenido mucho éxito en el tratamiento de las infecciones recurrentes por 'Clostridium difficile' ('C. Diff'), que pueden causar casos graves de diarrea, y se están convirtiendo en un problema grave en los hospitales y centros de salud. Pero para otras enfermedades, como la colitis ulcerosa, los trasplantes de heces han demostrado ser mucho menos eficaces.
Este nuevo estudio, dirigido por Peer Bork y Shinichi Sunagawa en el EMBL, podría ayudar a mejorar esas probabilidades. El truco, según los científicos, es mirar más allá de lo que las especies de microbios que se encuentran en el intestino de una persona: a las cepas de cada especie.
CENTRARSE EN LAS CEPAS PUEDE MEJORAR ESTA TERAPIA
La mayoría de la gente tiene 'E. coli' en sus intestinos, por ejemplo, pero diferentes personas tienen distintas cepas de esta especie, y algunas de estas cepas pueden provocar problemas de salud. Al distinguir entre diferentes cepas, los investigadores del EMBL fueron capaces de rastrear si los microbios en el intestino de un paciente después del tratamiento estaban solos o venían del donante.
Así, encontraron que después de un trasplante de heces, nuevas cepas de microbios de los donantes eran más propensas a colonizar el intestino de un paciente si el paciente ya tenía esa especie. Esto implica que si los médicos pueden igualar a donantes y pacientes, las posibilidades de que el tratamiento sea un éxito podrían mejorar considerablemente. Centrarse en las cepas en lugar de las especies de bacterias también podría hacer que la terapia sea eficaz en patologías en las que no está funcionando actualmente.
"Con este método, podemos ver realmente si, por ejemplo, una cepa resistente a los antibióticos se sustituye por una no resistente --dice el microbiólogo Willem de Vos, que dirigió el estudio en la Universidad de Wageningen y la Universidad de Helsinki--, por lo que podría ayudar a diseñar trasplantes fecales que funcionen en otras patologías más allá de 'C. diff".
El estudio se basa en un ensayo clínico que analizó el uso de los trasplantes de heces como un tratamiento para el síndrome metabólico, dirigido por Max Nieuwdorp en el Centro Médico Académico de Ámsterdam. Aunque está basado en datos de sólo diez personas, el trabajo ya proporciona fuertes indicios de que la compatibilidad donante-paciente es más importante de lo que supone: los trasplantes de un donante dieron lugar a resultados muy diferentes en tres pacientes distintos.
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