El don de pensar y luego actuar. José Antonio, Ávila López
Recordemos que hay que transformar los idearios de hoy para tener un mundo más justo y digno para todos, y las grandes élites que dominan nuestro planeta no son las adecuadas para llevar a cabo la citada transformación.

En nuestros días, educar se ha convertido en un reto planetario. Se debe trabajar en el análisis de los grandes problemas que aquejan a la humanidad, como por ejemplo la desigualdad social, la corrupción, la inmigración ilegal, la deserción escolar, la falta de empleo..., pero de igual forma, se debe enseñar a tomar decisiones en la realidad concreta en la que habitamos. Los profesores deben ayudar a los estudiantes a lidiar con el vivir diario y los retos que se les presentan. Recordemos que hay que transformar los idearios de hoy para tener un mundo más justo y digno para todos, y las grandes élites que dominan nuestro planeta no son las adecuadas para llevar a cabo la citada transformación. Estas élites, cuando transmiten, exigen e imponen las ideologías actuales, primero actúan y luego piensan, y todos sabemos que lo correcto y lo ?digno? intelectualmente, es pensar y luego actuar; eso sí, si se deduce después de pensar que lo reflexionado no se considera lo adecuado ya no se debe actuar, y es que el ser humano no es una cosa, no es algo inanimado, es una criatura con un alma viviente, pero, a diferencia de los demás seres vivos, su alma es espiritual, y posee características excepcionales: es racional, libre, con capacidad de pensar, decidir y amar. Todo esto puede dar una idea de la dignidad del hombre, una dignidad y un honor que no lo posee el hombre por sus méritos, sino que es una gracia, un regalo, un don. La vida del hombre tiene un sentido, y a juzgar por la altura de su dignidad, un sentido elevado. Si el ser humano no tuviera una misión... ¿para qué dotarlo con semejantes dones?
José Antonio Avila López
45462148-A
Asesor político y corrector de textos
Ex concejal Ayuntamiento Rubí
Telf. 661.07.14.76
08191 Rubí (Barcelona)
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Comentarios(1):
Una reflexión sobre el valor más sostenible para una sociedad digna: la educación. El abandono va desde la educación doméstica hasta la educación regular realizada por los centros de formación profesional en general. Saber lo que se quiere, saber hacia dónde ir, saber cómo lograrlo, tener una visión crítica de la vida, saber tratarse a uno mismo y a las demás personas con dignidad son grandes desafíos. Muchos gobiernos sólo hablan o publicitan sobre educación, especialmente porque es un tema que todos necesitan, pero cuando se trata de brindar o crear condiciones, las oportunidades se cortan. Cuando hay opiniones que no están de acuerdo con el pensamiento de estos gobernantes, como los niños, hacen un gran espectáculo, no les gusta y empiezan a perseguirlos. Por lo tanto, vemos el crecimiento de las dictaduras en el mundo de hoy. Hombres que imponen sus voluntades como auténticos narcisistas. ¿Cómo podemos afrontar esta realidad si también tenemos personas así en nuestras familias? Es muy importante reflexionar sobre lo que está pasando hoy en el mundo, pero también en nosotros mismos. ¿Nuestro silencio no magnifica el poder de los malvados? Si guardamos silencio en nuestras casas, también guardamos silencio en las escuelas, en las empresas, en la sociedad, en definitiva, en la vida. ¿Cómo podemos desear un cambio cuando todavía no conocemos el mejor camino? El texto trae muchas reflexiones positivas a nuestras vidas, por eso vengo aquí para expresar apoyo a los pensamientos reflexivos anteriores. Gracias Sr José Antonio Avila López y Jornal Cantabria Liberal. ¡Felicitaciones por las publicaciones!