De Obama a Zapatero
Ya podría Zapatero, empeñado en que se le asocie a Obama, que por cierto lo evitó en la gira europea durante su campaña electoral, contratar a algún asesor del nuevo presidente estadounidense y librarse de la mayoría de su gobierno.
Mientras Obama “jura” su cargo delante de una biblia histórica, tras asistir a misa y rodeado de banderas nacionales, aquí la Ministra de Igualdad, sin titulo competencial alguno, remodela su despacho por 60.000 euros, Moratinos paga las cúpulas de lo ONU de las que nadie se quiere hacer cargo, y el ejecutivo socialista se aventura en una batalla contra los crucifijos y a favor de aquella parte de nuestra memoria histórica que separó a los españoles.
Además el vicepresidente Solbes afirma que “ya no tenemos margen de actuación” y que estamos, por tanto, entregados, sin rumbo y a la deriva. Y lo que es peor, mientras hubo margen este se empleo erróneamente.
Primero, por un calentón del propio Rodríguez Zapatero, en plena campaña electoral, repartiendo innecesariamente 400 euros a quince millones de contribuyentes que no lo habíamos pedido, con un coste global de de 6.000 millones de euros.
Segundo, el plan de ayudas a los ayuntamientos con 8.000 millones de euros supone cambiar inversiones productivas por improductivas.
Esta medida tendría algún sentido si el dinero a emplear fuese ahorro público, pero dado que estos ya no existen y hay que recurrir al crédito bancario, se produce el conocido efecto expulsión.
Este efecto, técnicamente llamado crowding-out, hace que en época de restricción del crédito la entidad financiera opte por prestar a las administraciones públicas, en este caso al gobierno socialista para financiar cementerios municipales o jardines, y no al fontanero o al electricista que reclama liquidez para no despedir a sus trabajadores.
No en vano “Crow” significa “populacho”, sectores humildes, es decir los que menos tienen y a los que el socialismo gobernante hipócritamente dedica sus discursos.
Zapatero alargará la crisis por su torpeza como gestor y nuestro futuro, en el corto y medio plazo, es inimaginablemente malo.
Sus ministros además estropean lo que tocan, un ejemplo reciente es el informe del Tribunal de Cuentas correspondiente a las contrataciones del Ministerio de Trabajo en el que se detallan, entre infinidad de prácticas irregulares, la enajenación de 371 viviendas y locales a bajo precio.
Vamos, tan bajo que alguno de ellos se vendió el 29% del precio de mercado, en concreto en la calle Valenzuela del exclusivo barrio Salamanca de Madrid.
Ya podría Zapatero, empeñado en que se le asocie a Obama, que por cierto lo evitó en la gira europea durante su campaña electoral, contratar a algún asesor del nuevo presidente estadounidense y librarse de la mayoría de su gobierno.
Sé el primero en comentar