La troika
Pedro Arce Diez.-Desde que tenemos nuevos modelos de comunicación, andan las redes digitales que echan humo; me ha causado hilaridad cierta imagen que dice así: ¡¡Paradógico!!. Y continúa de la siguiente guisa: “Ser ateo y apellidarse Iglesias” “Ser anticapitalista y apellidarse Monedero” “Ser antitaurino y apellidarse Er rejón”
Desde que tenemos nuevos modelos de comunicación, andan las redes digitales que echan humo; me ha causado hilaridad cierta imagen que dice así: ¡¡Paradógico!!. Y continúa de la siguiente guisa:
“Ser ateo y apellidarse Iglesias”
“Ser anticapitalista y apellidarse Monedero”
“Ser antitaurino y apellidarse Er rejón”
¡Tiene gracia la cosa!. La gente tiene una imaginación exuberante, pero suele atinar con estos temas que recogen la (callada) filosofía de la calle.
Estos tres personajes que han enervado política y socialmente a un buen sector de nuestra ciudadanía, se están convirtiendo en un bluff, a medida que se van descubriendo sus acciones pasadas, que no son precisamente edificantes…
Éstos y muchos otros más, proceden de familias de la “kasta”, como les gusta decir a ellos; han gozado de becas y otras prebendas y muchos se han instalado en la endogámica universidad española, dónde unos se ayudan a otros y allí no entra nadie más; algunos incluso “inflan” el currículo con lo que no tienen ni han tenido nunca y, a veces, ¡cuela!. Unos a otros se conceden becas, ayudas, cursos y contratos millonarios, como hemos visto con Monedero o Errejón.
Gustan de colaborar con regímenes que no son precisamente los más defensores de los derechos humanos que ellos dicen defender, como Irán o Venezuela, modelos que les gustaría implantar en España.
Cuando son descubiertos, claman contra el mensajero y son capaces de sacar “dossieres” a los mismos periodistas que les preguntan, con un desprecio y soberbia que asusta, máxime cuando pregonan programas que pretenden acabar con el periodismo libre, como sucede en los países que para ellos son los paraísos a imitar, como los citados de Venezuela o Irán, dónde la libertad de todo tipo campa a sus anchas.
Han hecho negocios que les convendría explicar bien; han intentado defraudar a Hacienda, han hechos pagos en “B” a personas, cuando lo que andan pregonando es todo los contrario. Así que muy bien se les podría aplicar el dicho aquel de “dime de lo que presumes y te diré de lo que careces”, pues “no es lo mismo predicar que vender trigo”….
Y es que éstos son unos muy buenos telepredicadores, vendedores de crecepelos, que van de plató en plató (por cierto, algunas televisiones les tratan divinamente), de mitin en mitin y tienen arrebatados a muchos cabreados con el sistema, con la situación actual, como sucede en nuestra vecina Grecia.
¡Pero se les está empezando a ver su verdadero rostro!
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