Rajoy ayudará al Gobierno a reestructurar las cajas
Tras la entrevista mantenida en la Moncloa, comparecieron ante la prensa, separadamente, Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, para dar cuenta de su versión del encuentro.
Zapatero no dudó en calificar la entrevista de importante, útil y positiva. Rajoy insistió en los mensaje que ha venido dando, y que también había resumido horas antes del encuentro: la necesidad de recortar el gasto público, la urgente necesidad de crear empleo como primera urgencia nacional, y la conveniencia de proceder a la reestructuración del sistema financiero. En ese sentido, anunció el acuerdo de proceder a la modificación de la ley de cajas, para actuar en la fusión o desaparición de las cajas menos solventes o insolventes y sin futuro. Probablemente éste es el acuerdo más visible del encuentro: En concreto, Rajoy anunció que se agilizará el proceso de reestructuración del sector para asegurar que todas las entidades que se quieren acoger al FROB lo haga antes del 30 de julio y una reforma de la Ley de Cajas que cree "un marco jurídico estable que garantice la independencia y transparencia de sus órganos de gestión" y que permita la entrada de cuotas participativas con derechos políticos para que las entidades puedan acudir al mercado de capitales y financiarse, tal y como ha explicado el presidente del PP. El acuerdo incluso establece plazos máximos de ejecución: tres meses.
Rajoy como decimos reiteró las tareas que, en su opinión, tiene pendientes el Gobierno, insistiendo en la reducción del gasto público y del déficit público, "que es el principal problema que ha tenido Grecia" y que, tal y como ha recordado, no es petición nueva. La segunda prioridad para Rajoy es reformar el mercado laboral, algo sobre lo que, según Rajoy, el Gobierno y los agentes sociales "han perdido el tiempo" durante los últimos dos años. Rajoy ha asegurado a Zapatero que "el tiempo se le ha acabado" y que debe tomar medidas y gobernar ya. En caso contrario, el líder del PP ha indicado que en él "hay una alternativa cuando los españoles quieran". Como ha venido diciendo Cospedal estos últimos días, si no lo hace él, otro vendrá que lo haga... Rajoy insistió en que no podemos seguir así e insistió en que "por mí no va a quedar". Si bien el PP se mantiene como alternativa de gobierno, sin embargo, dejó entender que dará su apoyo al Gobierno para salir de la crisis y para que desaparezcan los rumores y especulaciones contrarios a los intereses financieros internacionales de España, apreciables en las últimas sesiones del mercado de valores.
En cuanto a Zapatero salió satisfecho de la reunión porque cree que entre ambos han logrado un compromiso político para defender la solvencia y la fortaleza del sistema financiero español, con los dos acuerdos ya mencionados: la conclusión de la reestructuración de las cajas antes del 30 de junio y la presentación de una nueva ley reguladora de las Cajas de Ahorros en el plazo de tres meses. Sin embargo, al margen de estos dos pactos que se completan con el apoyo del PP al plan de rescate griego, la sintonía entre los dos líderes ha vuelto a ser escasa. Una sola frase del presidente del Gobierno ha bastado para ponerlo en evidencia: "En relación con la reducción del déficit, es Rajoy quien se equivoca", dijo Zapatero, que mantiene su compromiso de reducir el gasto público pero "no drásticamente" porque en su opinión ello comprometería la salida de la recesión. Por el contrario, el líder del PP se ha mantenido firme en que esa es la primera prioridad la "clave", lo "más importante", de cuantas reformas debe acometer con urgencia España para superar la recesión. Pese a lo cual, el presidente del Gobierno cree que las diferencias entre ambos son sobre todo "de ritmo" y ha insistido en que, en este sentido, no deben interpretarse como "discrepancias desgarradoras", aunque lo cierto sea que el elevado déficit público español y la falta de credibilidad que los mercados depositan en el plan trazado por el Gobierno para rebajarlo es, en buena medida, la clave de los ataques financieros que sufre España en los últimos días. El presidente del Gobierno ha insistido en que los cambios que necesita la economía española están ya "desplegados y en marcha", y ha insistido en que España cumplirá con el objetivo de situar el déficit público en un 3% del PIB en 2013. También aseguró que las negociaciones entre Gobierno y agentes sociales para acordar una reforma del mercado laboral están en su "momento decisivo" y ha asegurado que la propuesta del Gobierno de introducir un contrato 'a la austríaca' "sigue teniendo toda su fuerza".
Es decir, hubo avances indudables, y se demostró que son posibles los entendimientos entre Gobierno y Oposición, aunque a menudo las "terceras personas", y el ruido mediático no ayude y hasta dificulte tal eventualidad...
Sé el primero en comentar