Noticias de Cantabria
Opinión 07-11-2018 06:00

Yo he estado en Alsasua

Y no he sentido miedo a pesar de la actitud agresiva de las nuevas hornadas de etarras que nos asediaban. Etarras 3.0 que han ido forjándose poco a poco, año tras año en sus ikastolas y sus centros de formación de odio, recibiendo una educación antidemocrática y antiespañola, incluso esa Iglesia, ¿Católica?, rehén y cooperadora necesaria de atrocidades, quien facilitó el boicot del acto con el ensordecedor tañido de todas sus campanas.

 

Y si no he sentido miedo físico mientras estaba en Alsasua fue al verme protegido por la Guardia Civil y la Policía Foral; el lunes en casa si he sentido miedo al oír las declaraciones del Ministro del Interior, quien poco a poco está saliendo de otro armario, el de la cobardía y el de la indigencia moral.

O que decir del Sr. Ávalos, o la Sra. Robles, quienes defienden cualquier discurso, con tal de estar en el Consejo de Ministros; o el Secretario de los socialistas vascos y senador Ander Gil, de quien Albert Rivera ha pedido sea cesado por el Presidente del Gobierno. Este senador ha hecho un pleno de indignidad y miseria moral, ignorando y menospreciando con sus palabras a aquellas víctimas del terrorismo, como Ortega Lara allí presente, o a sus compañeros, que tenían que mirar bajo su coche cada mañana, o ir escoltados durante años, o ser asesinados.

Son numerosos los dirigentes socialistas quienes cobardean, quienes se ocultan bajo el patético discurso de que crispan aquellos que exigen el cumplimiento de la ley o ejercen sus derechos de manifestación y reunión. Les horroriza pensar que a su decrépito gobierno, cualquier crítica a los etarras les haga perder su apoyo, parece que al gobierno le gustan y encandilan los agresores. Que lo diga un “podemita” va de suyo, pues los bilduetarras son los socios de Podemos en la destrucción de la España democrática, ¡pero los socialistas!.

Yo no fui solamente a homenajear y apoyar a la Guardia Civil, aunque en Alsasua se agredió, en manada, brutalmente a dos guardias civiles y a sus parejas, profiriendo amenazas contra ellos y causándoles lesiones; fui también a demostrar que Navarra es española y que deben sacar de allí sus ensangrentadas manos los Jesús María Zabarte, “El carnicero de Mondragón”, el asesino que acabó con la vida de 17 personas, quien ostensiblemente estaba allí supervisando la actuación de aquellos furibundos cachorros, etarras de tercera generación, nazificados y preparados para el asalto a las instituciones y al desmembramiento de España, si se lo permitimos, claro está.

Sus cánticos, sus insultos, los ademanes intimidatorios y el enloquecido aspecto de muchos de quienes nos acosaban y que hubieran ido más allá si no es por el firme e importante dispositivo policial que impidió llevar a efecto esos abyectos pensamientos que traslucían sus iracundas miradas.

E insisto y termino, si no he sentido miedo por la actitud de los etarras, si me llena de pesar lo que está permitiendo el Gobierno del Sr. Sánchez, incapaz de llevar la contraria a los antiespañoles, esto si es de preocupar, de producir desvelos; por ello no podemos desentendernos, o encogernos de hombros, ha llegado el tiempo de que nos repensemos que determinadas competencias del Estado no pueden estar en manos de quien quiere destruirlo.

A su pesar el acto se celebró y fue un éxito.

 

 

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Comentarios(3):

Gerardo - 08-11-2018

Claro y conciso, como siempre. Gracias por haber estado alli y contarlo a los que no fuimos. Enhorabuena

CMM - 07-11-2018

Buen artículo José que asumo totalmente. Enhorabuena. Un abrazo

Alfredo Matallana - 07-11-2018

Un excelente relato. En primera persona. Y escrito para las personas.