En Santander 17 banderas al viento, y desunidas Carlos MAGDALENA
Se celebró lo que llaman ahora la Conferencia de Presidentes de las Comunidades Autónomas, otrora regiones. Y es que en España, país europeo, todo ha cambiado, somos inventores de la nada para tener que volver otra vez a los orígenes. España está inmersa en un paradigma de una contradicción imperfecta de la política.
Se celebró lo que llaman ahora la Conferencia de Presidentes de las Comunidades Autónomas, otrora regiones. Y es que en España, país europeo, todo ha cambiado, somos inventores de la nada para tener que volver otra vez a los orígenes.
España está inmersa en un paradigma de una contradicción imperfecta de la política. Cada presidente ha llegado a Santander con sus revindicaciones, pero todavía no sabemos quien las va a atender cuando tenemos el reciente ejemplo en la comunidad autónoma de Valencia, antiguo reino, donde siguen sacando lodo después de un mes de una DANA que no supo gestionar la clase política, y sin recibir los dineros prometidos. Si este país es incapaz de sacar adelante a una Comunidad que ha sufrido una catástrofe acontecida de este calibre cómo va a ser capaz de hacer andar un país unido.
Nos imaginamos que habrán utilizado sus vehículos oficiales por Santander con su banderín y habrá sido todo muy bonito pero no se habrá llegado a ningún acuerdo ejecutivo. La imperfección del sistema político en España es total porque el Partido Popular gobierna en 10 comunidades autónomas más Ceuta y Melilla, y sin embargo quien gobierna el país es el partido socialista que perdió las elecciones pero que con siete votos del mundo independentista puede gobernar a nivel estatal e influir a nivel autonómico como no se cambie el sistema. España es un país ingobernable porque parece que la Constitución se firmó con el espíritu del llamado hecho de diferencial para Cataluña y País Vasco, pero terminó con el famoso café para todos en el que todas las comunidades autonómicas podían pedir transferencias, debilitar y adelgazar el Estado. De tal manera que incluso se ha llegado al paroxismo de que el Ejército español, que se llama así todavía, no pudo entrar en la catástrofe en Valencia para paliar los daños hasta que su presidente autonómico lo consintió, y por otra parte el presidente de Madrid declarase la emergencia nacional que nunca declaro. Por cierto el Ejército español tampoco puede entrar ni en Cataluña ni en País Vasco desde hace tiempo. Si hubiese buena voluntad, sería muy fácil paliar estos problemas que han venido surgiendo en estos tiempos de andadura de la Constitución pero es imposible cuando catalanes independentistas y vascos independentistas a pesar de que son minoritarios e impidan que seamos una nación y que pueda competir como tal a nivel mundial. Mientras Cataluña sigue creando embajadas y el País Vasco hace lo mismo que catalanes pero con menos ruido y discreción.
Se ha conseguido algo en la conferencia llamada de presidentes, no. La mayor parte de los presidentes autonómicos han salido descontentos, con críticas, sin diálogo y Sánchez queriendo contentar con una próxima reunión condonando la deuda de las Comunidades. Eso sí hubo protocolo, saludos, han hablado el diálogo de sordos de siempre yendo cada uno a lo suyo con su discurso y se han visto las caras. Una reunión de la nada como tantas otras, solamente ha servido para ver una vez más la belleza de nuestra ciudad en los medios de comunicación y han degustado nuestras ricas viandas de la tierra. Ríen du tout y hasta la próxima!!!
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