Noticias de Cantabria
El criticón 04-07-2019 21:18

¿Sabemos lo que comemos…?

Pedro Arce Díez.- Pues a veces tengo serias dudas de que sepamos exactamente lo que comemos, en un mundo en el que los alimentos cada vez se procesan más y se le echan conservantes, saborizantes, colorantes y demás productos; otras veces nos añaden productos baratos como los azúcares, lo que convierten a algunos alimentos en perjudiciales para la salud…

 

¿Cómo se hace una lechuga?; ¿En cuántos días crece un pollo de los que adquirimos en la pollería?... Porque a veces los criterios empresariales con la competitividad, hacen que debamos producir una lechuga en el mínimo tiempo o un tomate o un pollo y consumimos estos productos con demasiada artificiosidad. Yo suelo cultivar lechugas, de varias clases como la variedad “trocadero” (la “hutter-head”), mantecosa y con crecimiento a su tiempo y está exquisita. O los tomates que saben verdaderamente a tomates…

También estoy estudiando los quesos de Cantabria, visitando las queserías artesanales, que hacen un queso absolutamente natural y exquisito; pero también encontramos quesos, “tranchetes” y otras especialidades que no solo están hechos de leche, y ello es legal, pero debe especificarse claramente en su etiquetado, sin que tengamos que usar una lupa para verlo.

¡Y a mí me gusta la patata con aceite de oliva virgen y huevo de gallina, para que salga una buena tortilla española!

 

Hay veces en que nos dicen cosas a medias, como aquella lata de anchoas, gran producto de Cantabria, que pone “aceite vegetal”… Y ya me dan ganas de sospechar, pues si fuera el buen aceite de oliva virgen extra, lo pondrían y si no lo hacen, bien pudiera ser que nos metieran aceite de palma, por ejemplo.

De la pastelería industrial, las chuches que tanto les gustan a los niños, no hablo; convendría que los padres analizasen qué están comiendo sus niños, como aquellas “palmeronas” bañadas en chocolate de medio euro.

Y hemos llegado a situaciones que son muy chocantes, como que a mucha gente ya no le guste un auténtico pollo de corral, que ha crecido libremente durante varios meses y ha comido un alimento sano; o que la gente nos diga que ya no le gusta una auténtica leche, pues dice que le sabe a vaca. ¡sí, sí…como lo oyen!

Esto solo es una reflexión para que veamos detenidamente la etiqueta, que debiera ser clara y con una letra legible y podamos comprobar los ingredientes de cada producto que adquiramos, comprobemos su valor nutritivo y, después, decidamos.

Hay muchas cuestiones que aclarar y esta misma semana nos han regulado el pan, pues yo conocía algunas panaderías que decían vender “pan de leña” y no veía la leña, lo que si me sucede cuando voy a Orzales y adquiero pan y los exquisitos hornazos que hace en un buen horno de leña la familia de Antonio Ruiz y que posee desde hace muchos años y alguna vez les he dicho que no se les ocurra sustituirle por alguno de esos modernos…

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