La incógnita de las elecciones del 10N sobrevuela en este  inicio de legislatura.

 
En España, cómo en Cantabria, existe un paréntesis en espera de la decisión que adopte el presidente en funciones Sánchez sobre si convoca o no convoca elecciones.

Y algo  habrá que hacer porque la recesión, crisis, ralentización, estancamiento económico están en la puerta llamando y muy fuertemente por lo que hay que adoptar medidas urgentes y de carácter no social. 
Las alarmas sobre el fantasma de la recesión la están dando todos los Organismos europeos y mundiales, incluido el FMI y el BCE, y hasta  los gestores del Banco de España.  Al día de hoy las elecciones están muy cerca y los sondeos dan una victoria al presidente Sánchez con una caída radical de Podemos y Ciudadanos, estando la derecha en espera de que se consolide el proyecto Casado en el partido conservador, todo una incógnita. Sánchez ha tenido hasta ahora la diosa fortuna a su favor al no aceptar las propuestas que formuló a la formación morada del Coleta y que estos rechazaron, afortunadamente para Sánchez y para el país.
 
Ya dijimos en otro artículo que no era presentable un Gobierno de coalición  del partido socialista que ha gobernado España con unos antisistema que tienen relaciones con el dictador Maduro y con los iraníes de los ayatollah. Sánchez no podía ir con esa mochila por Europa cuando los líderes europeos le han recibido con los brazos abiertos. Lo único que queda esperar para que no se celebran elecciones es que Podemos se abstenga, se someta a Sánchez y le dé a estos puestos de subalternos pero nunca de coalición. A Rivera se le ha “pasado el arroz” y también ha perdido su gran oportunidad de hacer una coalición con el partido socialista español, y Casado es todo una incógnita porque tiene mucho que recomponer. Las cartas están echadas, y los sondeos también que predicen un aumento de diputados del partido socialista por lo que es muy fácil que  estemos abocados a unas elecciones, salvo que en el último minuto, en el tiempo de descuento,

el de la Coleta asuma su fracaso, que sería su entierro político, porqué nadie duda que más tarde o temprano se producirá, amen de un traspaso de militantes de Podemos al Partido Socialista.