A Puigdemont le importa un pito los catalanes

Como muchos políticos, salvo excepciones, el fugitivo de largo flequillo cree que ha encontrado su “Dorado” en este caso judicial para no entrar en prisión y así lo ha hecho saber  con toda claridad. Para empezar se enfrenta a Junqueras que sigue en prisión y maniobra para que una parte radical del independentismo la lidere el de Waterloo. Y parece que va a ser que sí. Cree que estando Junqueras en prisión tiene las manos libres pero ya no estamos en el siglo XX y la ciudadanía catalana, a pesar de las manipulaciones a las que está sometida, puede informarse y decidir en estas elecciones su futuro. 
El fugitivo lo que pretende es no entrar en prisión y a ello dedica toda su fuerza y  cree estar en el camino de evitarlo. La maniobra está clara, conseguir el acta de diputado europeo y montar lío en el Parlamento Europeo. Desde el primer día que huyó a Bruselas cree que va con ventaja porque el Estado de derecho de España es como un paquidermo lento, lento pero siempre llega al enjuiciamiento de cualquier incidencia delictual. En efecto en el caso de que consiga el acta de parlamentario europeo es en ese momento cuando se tiene que dilucidar sus responsabilidades ante los tribunales españoles porque no olvidemos que él se presenta en una lista al Parlamento europeo desde España, con la nacionalidad española y con derechos y obligaciones. Este hombre, gran tergiversador de casi todo, se olvida del Estado de Derecho y pretende así  agarrarse como un clavo ardiente al acta de diputado europeo. 
Creemos que nunca podrá tomar posesión de un acta de diputado si se encuentra en estado de fugitivo de un Estado de Derecho y miembro de la Unión Europea. Si quiere su acta que regrese a España y asuma sus responsabilidades porque hasta ahora solo ha demostrado que es un cobarde, manipulador y fugitivo.