A Iglesias, el de la coleta, se le pasó el arroz.

 En el 2014 muchos ciudadanos estaban indignados y ese cabreo descomunal, real y que existía de una parte de la sociedad, Iglesias y sus amigos lograron encerrarlo en unas siglas, Podemos, a modo de una SL. Pero también Podemos, como todos los partidos de la democracia, vinieron a medrar como siempre de los incautos españolitos.
 Porque no se olviden amigos de la boina que de los incautos españolitos medra la izquierda y la derecha. Y ahora dice  Iglesias que vuelve después de estar unos meses tocándose los huevos, dice, cuidando a sus hijos como buen padre. Igual nos sorprende con la presentación de un libro de sus memorias como Sánchez, hay que hacer caja que la vida del político puede ser como la del futbolista, breve. 

Después de dos nenes y un casoplón en Galapagar con  jardín para que puedan corretear los filii vigilados por la Guardia Civil, caseta incluida a la entrada de la finca para su protección, el chico de la izda. siglo XXI, profesor universitario, anuncia que vuelve.

Nuestra teoría frente a las florituras de algunos analistas del millón, de las tertulias televisivas, y de muchos artículos de por aquí y por allá,  que nos encontrábamos con un listo que vio el negocio, la rabieta que tenía el populacho, y se ofreció como líder con su labia del siglo pasado pero con las comunicaciones digitales de este siglo que le han dado para vivir, prosperar  y así lo ha hecho estos años.

Un vividor que  vive como Dios dando lecciones de ética y moral política hasta que le estalló el Casoplón en  todas   las narices.

Siempre dijimos que el de la coleta era un bluf coyuntural  que  surgió al hilo de la grave crisis económica, social y política que atravesábamos.   También dijimos con toda claridad, lo reiteramos, que el partido de Iglesias optaba a suplantar al Partido Comunista, es decir que creyó, y en principio acertó, que con la izda de siempre, más el descontento del 2014,   y la grave situación económica con un PSOE tambaleándose,  iba   a ser el ganador por la cara, el rey del mambo. Han pasado unos pocos años y la verdad de Podemos y de Iglesias es que ha intentado ser la cachaba de Sánchez,  que se han probado las relaciones y financiación de la dictadura de Maduro, que cuentan unas mentiras que no se las cree nadie, pero a pesar de todo seguirá porque en este país somos así de lerdos.

Seguirán subsistiendo pero ya se les han visto las enaguas, aguantarán un tiempo más hasta que se retire a su chalet a escuchar música y escribir sus memorias de cómo se codeó con la jet política y económica de un viejo país del que chupan todos los que pueden. Iglesias en la actualidad es la viva imagen del fracaso, dentro y fuera de su partido, aunque lo vitoreen porque en este país hay para todo. Pero no olviden que desde ese fracaso ha triunfado hasta donde ha podido, a partir de ahora no le queda más que arrastrarse por la política porque su vida efímera ya pasó.