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Tribunales 07-11-2018 14:30

El acusado de abusar de la menor que cuidada a su esposa lo niega y dice que tenían "buena" relación

El fiscal mantiene los doce años de cárcel o, como alternativa, seis, al no quedar suficientemente probado si hubo introducción de dedos

 

   El acusado de abusar de una menor de trece años cuando dormía en su casa para hacer compañía a su mujer, postrada en la cama por enfermedad, ha negado este miércoles los hechos en el juicio celebrado contra él, donde ha asegurado que "nunca" se masturbó delante de ella ni le realizó masajes o tocamientos.

   "Eso no es cierto", ha zanjado el hombre, que ha dicho que se llevaba "bien" con la niña, en tanto que testigos que han declarado en la vista, celebrada en la Sección Primera de la Audiencia de Cantabria, han corroborado que la relación entre ambos era "normal" y "buena", incluso como de "padre e hija".

   En la sesión las partes han elevado a definitivas sus conclusiones, de modo que el fiscal mantiene su petición de pena de 12 años de cárcel por un delito de abuso sexual continuado aunque ha planteado como alternativa que la sala le condene a seis años, debido a que no ha quedado suficientemente acreditado la agravante de que hubiera introducido los dedos en la vagina de la pequeña, que también ha declarado aunque a puerta cerrada.

   Lo ha hecho acompañada de su madre, a la que el procesado conoció en 2015 por ser clienta del bar donde trabaja él. A partir de ahí comenzó una "amistad" que derivó en una "relación sentimental", según la versión de él, aunque ella ha considerado que solo hubo "tonteo".

   Y es que testigos de parte del acusado, como uno de sus hijos, ha achacado la denuncia de la menor a "despecho" de la madre hacia su padre cuando éste decidió "cortar" esa relación de pareja.

  HECHOS

   Antes de los hechos enjuiciados, la niña iba a casa del procesado y se quedaba a dormir, tanto los fines de semana como en días laborables, según ha especificado el hombre, que solo ha contestado a las preguntas del fiscal y de su abogado.

   Ha aseverado que nunca estaban a solas pues también vivía allí un hijo suyo. Y, en cualquier caso, ha apuntado que por las noches él se quedaba en el salón viendo la tele y ella se iba a dormir a su cama, pues tenía habitación propia en la casa, a la que se había ido a vivir porque no "aguantaba a su madre", según ha explicado.

   La madre de la víctima ha relatado en cambio que su hija se quedaba en casa del hombre porque él se ofreció a cuidarla cuando ella fue operada y debido también a que previamente, antes de esa intervención, se había encargado de atender a su mujer, que estaba encamada.

   Pero en un momento dado, la niña cambió de "actitud" y de "carácter", "se volvió nerviosa" y ya no quería ir al domicilio de él, aunque finalmente accedió a regresar pero por la esposa enferma, que ya ha fallecido.

   La progenitora se enteró de lo sucedido a raíz de que la menor envío un WhatsApp a su hermana mayor, en el que le decía que un "chico alto, calvo y con gafas" -que se corresponde con la apariencia del procesado- le había "cogido por detrás" y "dormido" y, cuando se despertó, tenía "sangre en las bragas".

   La chica le dijo que hablara con su madre y cuando lo hizo, la mujer denunció lo sucedido, aunque en ese momento la víctima contaba "otra versión", por lo que tuvo que salir para que relatara los hechos ahora enjuiciados.

   Así, contó que el procesado le había tocado las tetas y "restregado" contra ella, sobre la que se había "tumbado" y ante la que se había masturbado y eyaculado.

   Ha agregado que desde entonces ambas están en tratamiento psicológico y ha apuntado también que la niña suspendió "todas" las asignaturas y tuvo que repetir curso, aunque ya iba "mal" en clase antes de denunciar los hechos, tras los que al principio se "calló por miedo".

   En el juicio también ha declarado una hermana de ésta y tía de la niña, que ha atribuido todo lo que cuenta su sobrina a lo que le dice la madre que diga.

  RELATO COHERENTE Y CREÍBLE

   Por su parte, las forenses han señalado que en la exploración ginecológica se confirmó que no había habido penetración ni daños por violencia. Además, han tildado de "coherente" el relato, en el que tendía más a "omitir" o "suavizar" los hechos que a "exagerar".

   Y la psicóloga y trabajadora social que atendieron a la menor han considerado igualmente "creíble" su testimonio, con un estructura "lógica" y "coherente".

  DOCE AÑOS DE CÁRCEL O, ALTERNATIVAMENTE, SEIS

   Practicadas las pruebas testifical y pericial, las partes han expuesto sus conclusiones definitivas. El fiscal ha mantenido que se trata de un delito de abuso sexual continuado a una menor, por lo que sigue interesando doce años de cárcel y siete más de libertad vigilada, así como una indemnización de 20.000 euros por daños morales.

   Ahora bien, el representante del Ministerio Público ha planteado a la sala como alternativa que se le condene a seis años de prisión y cinco de libertad vigilada, al considerar "escasa" la prueba para probar la introducción de dedos en la vagina.

   Ha destacado que la declaración de la menor ha sido "muy coherente" y ha cuestionado que se lo haya "inventado" o porque la madre le haya "inducido" o "entrenado" a contar algo así, algo "impensable" e "imposible", en palabras del fiscal, que no cree que una niña de trece años tenga una "mente tan retorcida".

   La acusación particular, ejercida por la madre, se ha adherido a la alternativa de la Fiscalía, al tiempo que ha mantenido su petición inicial de quince años de cárcel y nueve de libertad vigilada, diez de prohibición de acercamiento y comunicación con la menor e indemnización por daño moral de 30.000 euros.

   Este abogado ha incidido en la "clarísima" declaración de la niña, y ha comentado que "hay que tener cuajo" para una agresión sexual a una menor cuando va a casa del procesado a cuidar de su mujer enferma. "Esto se interrumpió, pero podía haber llegado a más", ha apuntado.

   Finalmente, la defensa ha insistido en la libre absolución de su patrocinado al considerar "sorprendente" el testimonio de la pequeña, que no incluye "ningún dato objetivo" y tampoco hay pruebas "suficientes".

   "No nos creemos nada", ha sentenciado este abogado, que ha advertido de que se puede "arruinar" la vida de su patrocinado condenándole a doce años de prisión y con la "friolera" cuantía solicitada como indemnización.

   El procesado no ha ejercido su derecho a la última palabra y el juicio ha quedado visto para sentencia.

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