Noticias de Cantabria
09-01-2017 01:30

Adiós a Barak Obama

Está a punto de llegar el fin de la era Obama, y le cuesta dejar la Casa Blanca. Ningún presidente americano había mostrado, hasta ahora, tanto apego al Despacho Oval y a imponer su sucesor.

Siempre nos había parecido en los presidentes, que hemos conocido, que una vez cumplidos los ochos años de gobierno, se retiraban a su vida privada, sin comprometerse con los que les iban a suceder.

En el caso de Obama no es así. Parece tener una obsesión enfermiza por desacreditar a quien ha ganado las elecciones, porque supone el fracaso de su proyecto, que prometía seguir su candidata. Sin duda que es un mal perdedor. Y no se ha dado cuenta, que si la Hillary Clinton perdió las elecciones, fue porque se metió él demasiado en la campaña, queriendo forzar la continuación de la política que él había impuesto. La sociedad norteamericana no quería, pues no les gustaba lo políticamente correcto impuesto por él.

Los países del norte de Europa se adelantaron en darle el Premio Novel de Paz, antes de que hubiera demostrado nada, al final de su mandato no se lo hubieran dado. Pues ha sido el mayor partidario de intervenciones militares en el extranjero. No le gustaban los gobiernos musulmanes, ciertamente nada democráticos, y favoreció a los descontentos a sublevarse. Hemos visto así levantarse el norte de África con un terrible resultado, pues no ha sido un camino para llegar a la democracia, sino a la sedición y la insurrección. Tampoco estaba conforme con el gobierno de Siria y nos trajo la terrible guerra que estamos sufriendo, además de la amenaza terrorista en toda Europa.

Es curiosa la actitud de Obama y los suyos, clamando a todos los vientos que Trump nos metería en la tercera guerra mundial, cuando él se ha enfrentado con una superpotencia como Rusia por la aversión personal a su sucesor, dando decididos pasos para llevarnos a ese enfrentamiento

¡Qué empeño en la campaña para degradar a Trump! Le acusaba de que no iba a aceptar el resultado de las elecciones, y parece que ya estaba anunciando cual iba a ser su actitud, si perdía. No ha dejado tecla que tocar para encontrar alguna acusación, moviendo aun al Jefe de Inteligencia, un organismo oficial, para encontrar cualquier motivo para rechazar a su sucesor. Y ha demostrado su poca visión política expulsando a 35 diplomáticos Rusos, acusándoles de intervenir en las elecciones, mientras que Putin le ha dejado en ridículo, al no dar importancia a su acción.

Ciertamente no era bueno el sistema sanitario estadounidense, pero no va ser reconocido por la progresía del mundo por haber aprobado su plan sanitario, pues ha llevado a encarecer el coste de la sanidad de su país, y el resultado no ha sido positivo, puesto que ha empeorado la situación de las clases pobres.

No se han dado cuenta que el motivo de la pérdida de las elecciones fue su política progresista de las leyes de la ideología de género, torpemente promovidas en su administración, y prometido ampliar por Hillary Clinton. Ya en su mandato se encontró con la denuncia de 15 Estados de su país, por ser una ley totalitaria que obligaba a las escuelas a convertir los baños y vestuarios en espacios de libertad, para que cada niño se manifestara según el género con el que se sienta identificado. Hillary Clinton, además, llegó a más, a desatar la furia de la población, al indicar sin pudor, que utilizaría el poder del Estado para acabar con los dogmas religiosos, que son, a su juicio, el principal obstáculo para llegar a dar el dominio a la LGTB, porque condenan el aborto.

Una vez más, el progresismo había antepuesto el interés electoral al bienestar y a las necesidades de la población, tanto Obama como Clinton y su casta, prefieren que el mundo se hunda antes reconocer la victoria de otro ganador, que no vaya a seguir la desastrosa política que había introducido, y a  la que la sociedad se opone.

 

La democracia basada en principios cristianos se les ha vuelto en contra, y no ha dado las llaves de la Casa Blanca a quienes juraron destruirla, costase lo que costase. A ver si estas elecciones suponen un adiós a lo políticamente correcto de la ideología de género, que está llevando a esta sociedad por los caminos de destrucción.

¿Quieres envíar un comentario?

Comentarios(1):

GARS - 26-01-2017

Completamente de acuerdo. Ha sido un bluf.