Noticias de Cantabria
11-03-2011 15:00

La administración

Me voy a referir a la Administración en general, pues la educación es un tema que no sólo compete a la Administración Educativa; la Administración Central en varios Ministerios, la Administración Regional, máxime después del proceso de las transferencias de gestión, los Ayuntamientos, etc., son instituciones que deben participar en la Educación, cada uno en sus respectivas obligaciones.

En los centros se detecta un sentimiento de que algunos medios de las nuevas tecnologías son más un fin propagandístico que un medio de enseñanza; y dentro de estas Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), la forma en que se ha implantado en Cantabria la llamada plataforma Yedra (además de su sospechosa y millonaria adquisición a la andaluza Sadiel y su mantenimiento a Mundivía) está generando desasosiego entre muchos docentes por su mal funcionamiento.


Por otra parte, es paradójico que habiendo avanzado tanto en medios, no hayamos sido capaces que rentabilizar los mismos. Yo mismo tuve un Maestro, un solo Maestro para toda mi educación primaria, en una escuela unitaria con alumnos de todas las edades. Quisiera recordarle: se llamaba Máximo González Martínez, de él recibí algunos reglazos y varapalos, pero de él también recibí los cimientos de mi formación; le recuerdo con sincero agradecimiento. Yo iba a clase con morral, pizarra y pizarrín y la ya tan lejana Enciclopedia Álvarez; la ropa y el calzado muchas veces no tapaban lo suficiente y en las casas no solía sobrar ni la ropa que iba pasando de los hermanos o primos mayores a los de menor edad ni la comida, hasta el punto que fui de la generación a la que se le complementó la dieta con la leche en polvo y el queso americano.


En contraposición, en nuestros tiempos hemos llegado a la ropa de marca, los caprichos que casi siempre son satisfechos por los padres o abuelos, las escuelas graduadas, los ratios de alumnos cada vez más bajas, los servicios de interculturalidad, PT, AL, las bibliotecas escolares, los gimnasios, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, los teléfonos móviles,… ¡Y aún creen algunos que con sembrar de ordenadores los centros, ya está todo resuelto!.


Años atrás, como no existía “catarro”, libros gratuitos para todos, cheque-libro, ordenadores portátiles para los alumnos…. Y cuando llegan los tiempos de vacas flacas, los libros sólo para unos determinados niveles de renta; los ordenadores en cuanto pasen las elecciones, sufrirán las consiguientes restricciones, etc. Al final, ocurrencias y propaganda…


Con carácter general, tengo la sensación de que el aumento considerable de medios estructurales, personales y técnicos no ha llevado aparejado un aumento de la mejora educativa, como también ya he afirmado anteriormente; y explicito las siguientes reflexiones:


- Se ha bajado la guardia en el esfuerzo, introduciendo igualdad por lo bajo a unas personas que individualmente son diferentes y que podría habérseles educado de manera personalizada, como decían las teorías de Víctor García Hoz, en mi época de estudiante; una cuestión es que la sociedad tenga un interés de igualitarismo social y otra que a todos se les administre la misma ración formativa, pues cada persona es un mundo. Como afirmo, el nivel de esfuerzo ha disminuido ostensiblemente y con ello el nivel de exigencia y los resultados reales.


- Desde la Administración están mucho más preocupados por el control de los centros y las estadísticas y no tanto por los resultados reales…
- La legislación ha sido prolífica –cinco Leyes Orgánicas, con otros tantos cambios- y, a veces desconcertante, haciéndose cada vez más necesario un gran Pacto por la Educación que la deje al socaire de los vaivenes de la política y del campo de batalla de los políticos.


-  La consideración y la autoridad de padres y docentes ha sido minusvalorada y sometida socialmente a sospecha. En realidad hemos querido sustituir la autoridad (palabra que no gustaba) por la democracia, pretendiendo democratizarlo todo y llegar a la igualdad (de padres e hijos, de alumnos y profesores,…). Los maestros han dejado la vara de otros tiempos, pero ahora deben andarse con mucho cuidado con lo que dicen a sus alumnos, no sea que hieran su ego; además el padre suele dar casi siempre la razón a sus hijos… Los padres también se han quedado inermes ante un hijo rebelde, pues aquello de dar un cachete a tiempo o sacar la zapatilla, muy propio de nuestras madres, hoy puede conducirles al código penal…


- Cada día con mayor incidencia, el principio de autoridad no está de moda y hasta los propios cuerpos de seguridad del Estado a veces se ven ninguneados y los agentes “miran para otro lado”…


- Las formas en la educación, aquello que llamábamos urbanidad,  no están tampoco de moda; desde el respeto del Usted, ya prácticamente desaparecido, hasta la prepotencia en las conductas de muchos de nuestros preadolescentes y adolescentes; y esto, repito, ¡no ocurre en Europa!, espejo dónde queremos mirarnos.


- La obsesión por la moda de las marcas en el vestido y calzado suele recaer en las economías familiares, ¡Y los móviles!, ¡Y la Play!, ¡Y las zapatillas de marca!,…


-    Siempre hemos tenido los jóvenes “ídolos” dónde nos mirábamos; pero éramos conscientes de que cuando fuéramos mayores íbamos a ser bomberos, policías, carpinteros, médicos, maestros,… Hoy quieren ser Alonso, Raúl, Nadal, Ronaldo,… No nos extrañemos: cualquiera de los citados y muchos más ganan en un año lo que nunca podría ganar un premio Nobel en toda su vida de formación, investigación y esfuerzo.¡Y esto es un escándalo social!


- Y toda esta situación no es inocente, pues ha disminuido nuestro nivel de competencia y ello nos va a dejar peor posicionados ante la crisis que se nos está echando encima y esta crisis tiene muchas facetas, no sólo las económico-financieras, por lo que nos llevará a un nuevo escenario de relaciones y de valores. Mucho me temo que tendrá consecuencias negativas para nuestros alumnos y para nuestra sociedad.


- En esta sociedad, cada día más competitiva, los alumnos han adquirido menos nivel de formación técnica y humana, lo que les restará posibilidades de acceso a un mejor puesto de trabajo. Y van a tener que competir con los inmigrantes de segunda generación que van a esforzarse para adquirir la mejor formación posible y con los europeos a los que cada vez en mayor medida les gusta nuestro país….


- Los padres en muchas ocasiones no son capaces de controlar a sus hijos y pretenden que ese trabajo lo haga la escuela, la cual por otra parte se encuentra con la presión de sus alumnos y también de sus padres…
Si no ponemos límites a la “presión” de nuestros hijos –y alumnos-, la situación se desbordará y cada vez será más difícil un razonable control. En definitiva, deberemos saber a dónde queremos ir y con qué medios… Ya saben el viejo dicho: “Llega antes quien sabe el camino aunque vaya despacio, que quién toma el camino equivocado”:

- Deberá existir una política de coordinación entre instituciones, dónde podrían incluso integrarse instituciones privadas (Por cierto, el hecho de que el acuerdo de Bolonia para la educación superior en Europa prevea la implicación de instituciones privadas, ha levantado gran polvareda en los ambientes estudiantiles universitarios).


- Los medios a nuestro alcance son eso, medios: ordenadores, Internet, teléfonos… que en ningún caso van a sustituir al profesor y a la familia, elemento básico en la educación humana.


- La competitividad la tenemos en la sociedad y deberemos de hacer una escuela para la vida…


- Que la imagen y lo superfluo no nos vele la realidad de lo importante y básico.


- El esfuerzo es esencial para alcanzar los fines y objetivos


Estas son sólo unas ideas –unas reflexiones- para comenzar a debatir, pues los resultados tangibles los tenemos en el Informe PISA, elaborado por la OCDE,  que consagra “el estancamiento de la educación española” que, aunque recupera el nivel de 2003, aun sigue por debajo de la media de los países desarrollados y tenemos por encima a Portugal, Italia, Grecia, Eslovenia…


¿Y en Cantabria? Pues el 36 % de los alumnos de 15 años repiten curso, mientras el Informe PISA revela que los alumnos mejoran en habilidad lectora, pero se estancan en matemáticas y ciencias desde el anterior informe de 2006. Y aún nos viene a Santander el conocido magistrado Emilio Calatayud para decirnos que “estamos creando borrachos de fin de semana a jóvenes de 12 y 13 años”; muchos dudarán de este aserto, pero que se den una vuelta por la ciudad cualquier viernes y sábado noche y observarán los “botellones” en cualquier rincón y si no quieren trasnochar, que madruguen y observen sus restos por la zona de Cañadío.


Como decía el viejo profesor Tierno, “el que no esté colocado, que se coloque y ¡al loro!” y así nos va…


Curiosamente en Cantabria la Consejera de Educación responde que “la educación en Cantabria es altamente equitativa” (¡Y hemos de suponer que por abajo!) y hace una valoración positiva del Informe PISA, mostrándose muy satisfecha con los resultados obtenidos. Pues no toda la comunidad educativa y la sociedad en general tienen la misma impresión y muchos creen que “el suspenso educativo que el Informe PISA nos acaba de dar es fruto de un sistema de enseñanza que resulta necesario cambiar”. ¿O vamos a persistir en el error?. Error que se inició o agravó con la política educativa del PSOE, cuyo símbolo es la LOGSE, imbuida de una fuerte carga ideológica y dónde se adoptaron decisiones como la marginación de las Humanidades, la polémica Educación para la Ciudadanía o, más recientemente, los juegos en los patios de recreo…, rayanos en un adoctrinamiento puro y duro.


Y si observamos otros niveles educativos, tampoco salimos bien parados, pues sólo dos universidades españolas se encuentran entre las 200 primeras del mundo, a pesar del nivel de excelencia que tienen algunas como la de Cantabria; curiosamente, formando a universitarios que en su gran mayoría se ven obligados a emigrar si quieren ejercer su profesión.


Pues mientras esto sucedía en nuestra región, el Consejo Escolar de Cantabria se ha comportado en estos últimos años como el botafumeiro de la política educativa llevada a cabo en Cantabria, aprovechando que los otrora activos sindicatos educativos parece que están agradecidos a las dádivas oficiales y, salvo alguna excepción, actúan como paniaguados y bien “engrasados”. ¡Qué pena!.


Para finalizar, quiero advertir que quizás yo esté imbuido de la paradoja de la felicidad, que dice que “Mientras que objetivamente estamos mejor que nunca, subjetivamente nos encontramos profundamente insatisfechos”… Tampoco voy a defender aquel aforismo que dice que “cualquier tiempo pasado fue mejor”.


Y quiero finalizar estas reflexiones en varios capítulos para decir, con mucho énfasis, que es necesario realizar un Pacto por la Educación, tanto a nivel de todo el Estado –de España, se entiende- como de nuestra Comunidad Autónoma… No puede ser que cada Gobierno quiera implantar su propio modelo, que ha vuelto loco a los estudiantes en las últimas décadas, con nuevas estructuras, nuevos criterios, nuevos valores,… Y junto a esto, es preciso mucho respeto en la sociedad, en la familia, en los centros y educar en valores, no adoctrinar, además de practicar la cultura del rigor y el esfuerzo. ¡Estudiar cuesta!, mal que nos pese.


Cuando se planea el caso de Finlandia, uno de los mejores del Informe PISA, se observa, por ejemplo, que ponen el énfasis en la formación de los profesores, en el esfuerzo y en obtener lo mejor de cada alumno. ¿Les suena?…

 Foto:

 La Consejera de Educación sonríe por los éxitos de la Educación en Cantabria...

 

 

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