Noticias de Cantabria
11-02-2018 18:52

En el V Centenario del Cardenal Cisneros

El día ocho de noviembre del año pasado fue el V centenario de la muerte del cardenal Cisneros, uno de los hombres más ilustres de la historia de España. La fecha pasó inadvertida para la mayoría de los españoles. Lo poco que se hizo en su honor fue inaugurar una estatua en Alcalá de Henares recordando lo que ha supuesto para aquella ciudad.

 

Queremos hacer con este artículo, un breve y sencillo homenaje en su V centenario, a una persona que realizo una acción extraordinaria en dos puntos eminentes de la cultura: la creación de la Universidad Complutense, que no se ha querido perder su nombre apellidando así a la Universidad de Madrid, y la Biblia Políglota de Alcalá. Dos obras para inmortalizar a cualquier persona. Financiadas ambas con las rentas que producía su diócesis, porque como fraile franciscano observante, vivía en la más severa pobreza franciscana.

Después de una agitada vida de eclesiástico, llegando a estar encarcelado por el arzobispo de Toledo Alonso Carrillo de Acuña, por ni ceder sus derechos a una parroquia. Luego reconocido por el cardenal Pedro González de Mendoza, alcanzó a ser capellán mayor de la catedral de Sigüenza y Vicario General de la diócesis. Entrando en una crisis espiritual ingresó en la orden franciscana, y vivió en el convento de Salceda, siguiendo la más rigurosa reforma del movimiento espiritual de estricta observancia, que un siglo antes había promovido Pedro de Villacreces en Castilla, para seguir a San Francisco de Asís, según el sentido de su Testamento.

No entró en relación con los reyes más que por estricta obediencia, pero siguió viviendo en la rigurosa observancia de la doctrina franciscana. Aceptó el nombramiento de Arzobispo de Toledo por imposición. Tuvo sus obstáculos, pues el cabildo de la catedral no quiso aceptarlo y tardó por ello más de un año en entrar en su sede. Al verse con los enormes ingresos que tenía la sede primada, encontró dos vías para invertirlos: crear una Universidad nueva e iniciar el primer estudio profundó de la Biblia en la famosa Políglota de Alcalá.

Con la fundación de la Universidad de Alcalá Cisneros rompió el panorama tradicional de enseñanza con dos cátedras de Prima y Vísperas y explicación de los «Quatuor libri Sententiarum» de Pedro Lombardo, el Maestro de las Sentencias, y abrió la Universidad española a la corriente laicizadora de Italia y Francia con humanistas que vivían dentro de la religión cristiana. Dio paso al humanismo renacentista, y gran libertad en la explicación de los dogmas y, sobre todo, en la moral. Así inauguró y dio gran impulso a los estudios humanistas, poniéndose en diálogo con la cultura laica, y ofreciendo a sus contemporáneos unas enseñanzas en el lenguaje de su tiempo, y aplicado a los problemas de la sociedad en que se vivía. Invitó a Erasmo de Rotterdam a venir a enseñar y colaborar en la Políglota de Alcalá, y éste le contestó: «Non mihi placet Hispaniam».

El estudio científico de las humanidades y la iniciación en el método humanista de la filosofía, historia, geografía, cronología etc., constituyó una aportación de primer orden para la superación del método puramente dialéctico que se había utilizado en teología, y se dio paso al triunfo del método positivo. Así trató de hermanar el humanismo con la teología.

En cuanto a los estudios teológicos, tres eran las escuelas acreditadas en los estudios de teología durante el siglo XV: el tomismo del Aquinate, el escotismo de Duns Scoto y el nominalismo de Guillermo de Ockham. Cisneros quiso hacer una Universidad abierta y estableció las tres vías de enseñanza en su Universidad. Creó para cada vía una cátedra con todos los caracteres, los mismos derechos y las mismas obligaciones. Además las cátedras no se daban en propiedad, como en otras Universidades, sino por cuatro años. Se ganaban por oposición en la que votaban los alumnos. Esta inestabilidad del profesorado a la larga no fue beneficiosa para Alcalá, pero en un principio tuvo una gran aceptación, porque obligaba a los catedráticos a trabajar más para continuar en su puesto de trabajo.

Aun supo prever una jubilación para los maestros eméritos que dejaban la universidad, nombrándoles miembros del cabildo de la Iglesia Magistral de Alcalá, lo que llevaba aparejado una pensión vitalicia. Cuentan que Nebrija enfadado en la Universidad de Alcalá se fue a Salamanca, y a los pocos años se encontraba molesto en esta Universidad, entonces Cisneros le ofreció volver para hacer lo que quisiera, ofreciéndole una pensión, porque ya tenía suficientes méritos con lo que había hecho: la primera gramática española.

Otra obra de su afán cultural fue la edición de la Biblia Políglota, la primera gran obra de estudios bíblicos, con un gran aparato crítico. Un intento de acercarse lo más posible al texto original. Solamente tenía un precedente en la antigüedad: la Hexapla de Orígenes (siglo III), y según la estructura de la Políglota parece que se tuvo en cuenta. Reunió un gran equipo de colaboradores para trabajar en el texto: ilustres hebraístas conversos y cristianos especializados en la lengua hebrea y orientales, y luego humanistas que trabajaron el texto griego. Se reunieron las versiones de los idiomas originales: hebreo, arameo, griego junto con la tradición de la Vulgata de san Jerónimo.

La obra consta de 6 volúmenes, 4 de ellos con el texto del Antiguo Testamento, en los cuales cada página está dividida en tres columnas paralelas: En hebreo la exterior, la Vulgata latina en el medio y la versión griega de los Setenta en el interior. En cada página del Pentateuco, se añade el texto arameo (el Targum Onkelos), y su propia traducción al latín en la parte inferior de la página. El volumen V contiene el Nuevo Testamento, dividido en dos columnas, con la primera versión impresa en griego, y en la otra columna la versión en latín de la Vulgata. El volumen VI contiene diccionarios de hebreo y arameo, interpretaciones de nombres de esos idiomas y del griego, y una gramática hebrea, entre otras materias.

El cardenal Cisneros murió el 8 de noviembre de 1517, cinco meses después de terminada la Biblia, y nunca la vio publicada. El Papa León X autorizó su publicación en 1520, y se distribuyó a partir de 1522. De las 600 copias editadas, se estima que subsisten unas 120.

La obra de Cisneros no fue sólo política, que es la que mejor conocemos, sino que tiene mayor calado la iniciativa que tuvo con la creación y reforma de la Universidad, y con el primer trabajo de los estudios Bíblicos con la Políglota Complutense. Antes de que llegara la expansión de estos estudios por la acción de los Protestantes.

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