Noticias de Cantabria
Editorial 06-10-2017 22:52

La dimisión de García y de Blanco

Algunos pueden pensar que de este pulso entre secretarios generales del PSC ha vencido Zuloaga, nosotros creemos que no. Ambos han perdido por el camino a pesar de que cada uno tiene su razón y su legitimidad.

El nuevo Secretario General ganó las primarias por escasos votos, pero ganó. Zuloaga cuando ganó lo que tenía que haber hecho es haber metido su triunfo en el cajón, como un viejo profesor de Barcelona en la Facultad de Derecho nos decía, “queridos alumnos cuando reciban una demanda no la lean guárdenla en el cajón del despacho hasta el día siguiente”.

Nosotros creemos que Zuloaga no reflexionó suficiente su triunfo, o igual sí, ni tampoco hizo una hoja de ruta, sino que solo pensó que podía imponer su ideario, su proyecto y su gente y así no funciona un partido democrático en Europa, aunque por desgracia en España sí.

Nuestras normas electorales, y Ley, habría que abolirlas u homologarlas con las europeas, sin otro comentario y así, permítanme esta reflexión, no tendríamos el problema catalán que ha nacido de la formulación electoral atípica de protección a las minorías periféricas y de las trasferencias, fundamentalmente las de Educación que ha sido educadora de una generación que odia a España y así no se construye país, se destruye como el caso que nos ocupa estos días.

Las minorías que dominan los partidos son las que mantienen una dictadura absoluta en los partidos, y eso debería de desaparecer o cuando menos empezar a reflexionar que no debe de seguir así.

Sin duda ambos, la perdedora y el ganador, han cometido grandes errores desde las primarias, pulsos que nunca se tenían que haber producido con un desgaste político que solo afecta a ellos y perjudica  al partido. El otro gran partido  Popular, sin ser lo mismo, se está produciendo un desgaste por los personalismos y cuotas de poder porque se olvidan de que los partidos son de los ciudadanos-votantes y los militantes son los gestores en buena lid de un país democrático.

También hemos dicho que quizá, tanto García como Blanco deberían haber dimitido de forma inmediata y haber evitado enfrentamientos inútiles, podía haber sido la solución inmediata, o igual no. Es fácil hablar cuando los hechos se han producido o cuando se desconocen las verdades intramuros. Esta dimisión de García y Blanco debería de suponer, tengo mis dudas, un punto y final del enfrentamiento ¡Ojalá!  Pero en este país somos muy tercos y como ejemplo y a lo bruto vean lo que está sucediendo en Cataluña.

 

 

 

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