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Cultura 26-08-2017 18:30

Más de 4.000 soldados romanos se hospedaban en los campamentos investigados en la comarca burgalesa de Orda-Pisuerga

El equipo de arqueólogos que se encontraba estudiante varias fortificaciones militares relacionadas con las Guerras Cántabras en las localidades burgalesas de Sasamón y Olmillos de Sasamón, en la comarca del Odra-Pisuerga, han señalado que la zona acogía a un contingente expedicionario de más de 4.000 soldados que participaron en el proceso de conquista y control de los territorios situados en la Meseta Norte y Cantabria.

   Estas estructuras, que abarcan casi ocho hectáreas, se conocieron hace años en diversas publicaciones científicas de François Didierjean y Jose Antonio Abásolo y se han investigado en la actualidad por un equipo arqueológico internacional con profesionales de diferentes universidades y centros de investigación tales como las Univerdidades de Edinburgh (Reino Unido), Santiago de Compostela (España), Leiden (Holanda) y Marburg (Alemania), así como por el Instituto de Ciencias del Patrimonio- CSIC, según ha informado la organización de la expedición en un comunicado a Europa Press.

  UNA OCUPACIÓN SECULAR

   Los investigadores han indicado que el recinto de Carrecastro fue una fortificación de tipo temporal, a la que los romanos denominaban castra aestiua que, por su tamaño, se destinaba a un cuerpo militar de aproximadamente 4000 soldados, que vivirían en él durante un breve período de tiempo (entre un día y varias semanas), cuando se encontraban en campaña.

   Debido a los efectos de la mecanización de las actividades agrícolas, el yacimiento es prácticamente invisible en superficie, por lo que se han usado "innovadoras" tecnologías de análisis y reconocimiento para su estudio, como fotografías aéreas modernas y antiguas en color y en infrarrojo, imágenes satelitales y reconstrucciones 3D del territorio a partir de datos LIDAR.

   Asimismo, los arqueólogos han desarrollado una prospección con métodos geofísicos, que permite documentar estructuras históricas no excavadas.

   Por su parte, en la zona del Arroyo del Puerco han podido documentarse una serie de estructuras lineales que de forma paralela se extendían por espacio de varios cientos de metros, cuya finalidad última aún no ha podido confirmarse. Además, se han encontrado fragmentos de cerámica y restos de metales como clavos, tachuelas, apliques que se han restaurado y estudiado.

   En esta campaña, que cuenta con financiación de la Leverhulme Foundation del Reino Unido con la participación y apoyo del ayuntamiento de Sasamón, Adeco- Camino y la Diputación Burgos, los arqueólogos barajan diversas interpretaciones que permiten relacionar las estructuras con la última fase de conquista romana de la península Ibérica hace 2.000 años o con el momento posterior de puesta en explotación de estos territorios por los romanos.

   La localización de las estructuras de Carrecastro permite avanzar que la comarca del Odra-Pisuerga gozó de gran protagonismo durante en el proceso que culminó con la conquista y dominación romana de los territorios norteños. Con todo, este proceso podría haber sido más complejo de lo que inicialmente se pensaba, a juzgar por las informaciones ofrecidas por los expertos.

   La presencia militar en la zona no solo se concentraría en el momento de las Guerras Cántabras (29-19 a.C.), sino que se han recuperado evidencias que permiten alargarla hasta la época de la dinastía julio-claudia (14-63 d. C.), fundada por el propio Augusto.

   En este contexto, se conoce la existencia de una importante base militar en Herrera de Pisuerga (Palencia) en el que existen elementos documentales que la relacionan con la Segisama romana, fundada durante el reinado de Augusto.

  CIENCIA EN ABIERTO

   Esta campaña pretende acercar los resultados de la intervención a la población, por lo que numerosos vecinos han podido visitar los yacimientos, hablar con los arqueólogos y compartir sus inquietudes con ellos.

   Este diálogo ha permitido explicar sobre el terreno los avances de los trabajos o las distintas técnicas empleadas y ha generado un diálogo entre la población local y los investigadores que se ha traducido en la documentación y recogida de nuevos hallazgos.

   Los especialistas han compartido los resultados de su trabajo estas últimas semanas con la población local y los vecinos y autoridades han expresado sus propias ideas, opiniones y dudas al respecto del rico patrimonio cultural y arqueológico de la comarca.

  

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