Noticias de Cantabria
12-08-2017 07:00

La pertinaz sequía

Aún era yo adolescente y ya se hablaba de la pertinaz sequía; eran años en que se sacaba a algún santo de procesión y, según fuera la realidad meteorológica, llovía, ¡o no llovía!. Era la época en que se hablaba de la “España seca” y la “España húmeda”….

La realidad es que tenemos una Península con escasos recursos hídricos, pero suficientes si los sabemos administrar correctamente, lo que no ha sucedido siempre. Y a ello hay que añadir el régimen de pluviosidad y la distribución de ésta en el tiempo y en el espacio. Y este año, precisamente, es un año de escasez pluviométrica y sucede que entramos en riesgo y, como siempre pasa, “nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”.

El Imperio Romano fue muy respetuoso y previsor con el tema del agua, como bien escaso y de todos; y así ha seguido hasta nuestros días, con ejemplos curiosos como el uso que del agua se hizo en la época de la España musulmana, con sus regadíos y acequias, o el todavía actual Tribunal de las Aguas de Valencia, que vela magistralmente por el buen uso del líquido elemento por parte de sus regantes.

Pero vayamos a lo nuestro; en estos tiempos, con muchas necesidades de agua, precisamos más que nunca el adecuado aprovechamiento de nuestras aguas y en este sentido tenemos las obras hidráulicas que se hicieron en las dos dictaduras del siglo pasado: la de Primo de Rivera y la de Franco. Poco más se ha hecho después, pues iniciativas como un embalse en la cuenca alta del Pas o mini-embalses en algunos ríos de Cantabria, han sido neutralizadas o rechazadas.

Necesitamos de un Pacto de Estado del  Agua, que deberá tener una planificación hidrológica, con acciones concretas y reglas de juego para la utilización racional y solidaria del agua. Por el contrario, hoy nos encontramos con una ausencia casi total de una estrategia nacional, con un deficiente aprovechamiento hídrico, con el daño medioambiental consiguiente y con todos los problemas añadidos, entre los que se encuentran las disputas regionales sobre las cuencas, como sucede en Cantabria con el aprovechamiento de las aguas del embalse del Ebro, que se realizó hace ya casi siete décadas y que beneficia a toda su amplia cuenca, regando frutas, viñas, hortalizas, etc.

Como este año tenemos un 25 % menos de reservas, los problemas y tensiones se agudizan, utilizándose incluso como arma política arrojadiza, como es el caso entre Murcia y Castilla-La Mancha.

El gobierno de Aznar dejó en herencia un Plan Hidrológico Nacional, financiado por la Unión Europea, que hubiera supuesto un hito en el aprovechamiento del agua en nuestro país, atajando la sed de todo el Levante español. Pero llegó inesperadamente Zapatero y lo anuló, en esas decisiones suyas que tanto daño han hecho y están aún haciendo a nuestro país; además, para más inri, surgió la opinión de la hoy presidenta del PSOE y entonces ministra, Cristina Narbona, que hizo una apuesta por las desaladoras, como si fuera la panacea a la escasez de recursos hídricos. Fue un auténtico fracaso, pues estas instalaciones son caras y contaminantes y ya me dirán cuántas se hicieron en las dos legislaturas zapateriles.

Las consecuencias no se han hecho esperar y ello ha provocado grandes pérdidas económicas y problemas medioambientales, tema éste que, por otra parte, no dejan de utilizarle como soflama partidista. La falta de un Plan Hidrológico está contribuyendo a la desertización de amplias zonas de nuestro territorio nacional, aumentando peligrosamente la superficie de la España árida.

Y por si el tema no fuera grave, durante el gobierno de Zapatero se admitió que algunos Estatutos de Autonomía, como el catalán, declarasen el agua de sus territorios como cuestión de su exclusiva competencia, lo que será un problema añadido para un futuro Pacto de Estado del Agua, aunque algunos ingenuos consideran que “no hay mal que cien años dure”.

 

De momento, vean y observen cómo están hoy nuestros embalses y díganme si no estamos inmersos en una pertinaz sequía y mirando al cielo a ver si llueve, en vez de estar trabajando denodadamente para ordenar racional y solidariamente la utilización de nuestras aguas.

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Comentarios(1):

CMM - 12-08-2017

Me parece que te olvidas de la gran polémica que se genero en Cantabria cuando Juan Hormaeche a con carácter previsor planteó la posibilidad de hacer pequeños pantanos para evitar la perdida de agua y esta fuese utilizada con racionalidad