Fundación Oso Pardo conmemora con un video el 25 aniversario del Programa Life de la UE

   Así, desde la creación del programa, en 1992, ha sido el instrumento financiero de la UE dedicado al medio ambiente. Y añade que su componente Life-Naturaleza persigue contribuir a la aplicación de las dos directivas relacionadas con la conservación de la naturaleza (Aves y Hábitats) y al establecimiento de la Red Natura 2000, la red de espacios protegidos europea.

   Desde su puesta en marcha hasta la última convocatoria de proyectos completada, en 2015, Life ha cofinanciado un total de 268 proyectos de conservación de la naturaleza en nuestro país, destaca la Fundación, para la que sin este apoyo "difícilmente" se habría logrado rescatar a especies como el lince ibérico, el águila imperial, el quebrantahuesos o el propio oso pardo del "peligro crítico de extinción" en el que se encontraban hace 25 años.

   En este sentido, apunta que una parte "sustancial" de los proyectos de conservación realizados por la Fundación han contado con el apoyo financiero del fondo Life. Concretamente, han desarrollado o participado en once proyectos.

   Y el mismo año que nació el fondo Life se aprobó la Directiva de Hábitats (1992), la cual establece las bases para la creación de la Red Natura 2000 en la Unión.

   Más de 27.000 espacios naturales de alto valor ecológico en toda Europa forman parte de esta red que, con una superficie de casi un millón de kilómetros cuadrados, es la más extensa del mundo. En España, casi el 30% del territorio forma parte de la misma, el país que más superficie aporta.

   La mayor parte del área de distribución del oso pardo en la Cordillera Cantábrica y en los Pirineos está dentro de la misma, lo que supone una "buena garantía" para la conservación de esos territorios.

   Sin embargo, los planes de gestión de los espacios oseros incorporados a la red, que son necesarios y obligatorios, aún no han sido aprobados por la totalidad de las administraciones autonómicas, y los aprobados, en su conjunto y con excepciones, son "deficientes", según concluye la Fundación Oso Pardo.