Noticias de Cantabria
26-05-2017 07:00

¿Por qué quiero a Cantabria?

Conocí Cantabria en edad temprana, cuando aún no percibía en su plenitud su encanto, sus paisajes, su maravilloso olor a mar, la brisa,…ni siquiera me daba cuenta de lo espectacular que era el entorno de la Magdalena cuando jugaba por sus rincones y paseaba pensando que todos los caminos y senderos de mi vida iban a ser tan dulces y serenos.

     Como era de esperar, y en el deambular de la vida, conocí otros lugares con más o menos desacierto, con otros encantos o desencantos, y disfruté sin dudarlo de otros rincones que me regalaban sus gracias, y que iba yo cogiendo a mi antojo sin olvidarme nunca de mi querida tierra. 

    Y por el caminar de la vida, conocí otros lugares, otras gentes, otras culturas, no sé lo que aprendí o perdí de aprender, pero vi otros pensamientos, otras percepciones y experiencias, que no me llenaban más lo que yo sabía hasta el momento, un gran regalo tambien el que tuve la oportunidad de recibir de estas personas que me tambalearon como una hoja al viento, que me hicieron sentir, sopesar y aprender, pero que al fin y al cabo, me llenaron de otros conocimientos, de sus conocimientos. 

    Según iba conquistando, iba perdiendo y olvidando, alejándome de aquellos caminos sencillos, llanos, que yo llamaría campechanos, y me fui encontrando otros, toscos y rudos, la mayoría de las veces sinsentido. A pesar de ello, disfruté y sigo disfrutando de aquel regalo que me dieron sus gentes, sus miradas, sus palabras, y su cariño, que de la mano de mi maleta me lo hice mío, y me lo traje de vuelta para Cantabria.

   Y vuelta a empezar, con aquel regalo que traía en mi maleta de la vida, que yo no intuía necesario ni podía imaginar que fuera parte de mi vida,  fue marcando un futuro lleno de buenas sensaciones, manifiesto de ilusiones, y reencuentro con mi mayor anhelo, las personas. Este es el regalo que he recibido de Cantabria, y que por ello la quiero tanto, porque me ha dejado disfrutar de lo mejor que tiene, su esencia. Y su esencia son ellos, los cántabros, educados y amables, prudentes y sensatos, valiosas personas que se vislumbran perfectos profesionales, y que son infinitos como lo es Cantabria. 

    Me sorprende, hasta el punto de no comprender, qué sombra se ha posado encima de Cantabria para que estos valores y actitudes de sus gentes, no magnifiquen a Cantabria como lo merece. ¿Será que sus ciudadanos no la quieren con adoración y la defienden como es razonable? Porque aun tan valiosa, tan desconocida. 

    Cantabria es infinita en su entorno, en sus paisajes, en su gastronomía, en sus playas, tiene una grandeza que se percibe aun cuando fantasía inalcanzable desde otros rincones de España. Cantabria es señorial, es elegante, exquisita en su deambular y esa es la quimera de quien no puede alcanzarla. 

    Una suerte para mí descubrir el dorado de Cantabria, y que me envolviera con su dulzura a sabiendas de que mi tierra no es Cantabria. 


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