¡Nunca olvidaremos!

Nuestra Sociedad nunca deberá olvidar que hubo una siniestra banda terrorista en España que asesinó fría y cobardemente a un millar de compatriotas nuestros, para buscar beneficios políticos, lejos de cualquier cauce democrático.

Después del paripé y teatro realizado por los restos de ETA y sus secuaces y los muchos aplaudidores y cómplices, nos quieren tomar a los ciudadanos por tontos y olvidadizos. ¡Dan náusea y asco!.

Miles de españoles de todas las edades, de todas las condiciones sociales, han sido víctimas de esta execrable banda terrorista; y no puede ser que ahora algunos intenten blanquearla. ¡Pues, no!. Es el más negro episodio de nuestra ya larga Historia; cuando Europa estaba construyendo su mayor periodo de paz, en España, unos desalmados sembraban el terror en nuestra calles y caminos, matando indiscriminadamente para doblegar a una sociedad que se mantuvo firme, serena y digna y que sostuvo un Estado que no le tembló el pulso y cuyas Fuerzas de Seguridad terminaron con ETA.

Y hay que decir, alto y claro, como lo ha hecho nuestro Gobierno, que “no habrá impunidad, que se arrepientan, que pidan perdón y que se disuelvan”. Y aún añado más: deberán colaborar con el Gobierno y los poderes judiciales para esclarecer los aún trescientos actos terroristas no aclarados (38 %) y que sus responsables sean juzgados y, en su caso, paguen con la culpa que corresponda. ¡Y todos los responsables de esta organización terrorista deben cumplir enteramente con las penas!.

La sociedad pudiera estar dispuesta a perdonar, aunque no a olvidar; pero para perdonar habrá, primero, que pedir perdón. Habrá que entregar todas las armas, incluidas aquellas con las que han asesinado cobardemente,…

Algunas instituciones que han apoyado a ETA, también debieran de explicarse y explicarnos algunas cuestiones, incluidos algún obispo cuyo nombre no quiero transcribir o algún político que decía que ellos “recogían las nueces” cuando ETA agitaba el nogal. Y no olvidemos que ETA surgió de una escisión de un sector joven del PNV que consideraba que había que luchar contra el Estado por otros medios. ¡Y a veces se reunían y protegían en sacristías y conventos!.

Pero han hecho un daño inconmensurable a España, amenazando en nuestros principales eventos, atacando los flancos más sensibles de nuestro turismo, de nuestra seguridad, del pan y la dignidad de nuestros compatriotas. ¿Recuerdan cuándo se puso en cuestión la seguridad de Madrid como candidata a las Olimpiadas?. Creo que muchos españoles están perdiendo la memoria y olvidando.

Cuando España trataba de abrirse paso a una democracia, ETA atacaba sin piedad y hay que decir que en los años de la Transición asesinaron a 65 personas en 1978; a 86 en 1979 y a 93 en 1980. Y si terrible fueron estos “años de plomo”, me cuesta asimilar en estos tiempos que aún tengan acólitos que desean borrar la memoria y el esfuerzo de estos años y blanquear a esta banda de asesinos, intentando equiparar a víctimas con asesinos.

Estos llamados “Artesanos de la paz” quieren que después de este trampantojo, muchos piensen que ahora sólo quedan como víctimas los presos de ETA. ¿Y el millar de muertos?; ¿Y los millares de familiares y amigos de éstos?; ¿Hemos olvidado la primera víctima de ETA, una niña de dieciocho meses, María Begoña Urroz Ibarrola, muerta por la explosión de una bomba asesina en San Sebastián, en junio de 1960?. Hoy podría ser una abuela feliz, con sesenta años. ¡Y está en el cementerio!.

¿Hemos olvidado a Irene Villa?; ¿Hemos olvidado los inhumanos secuestros de Javier Rupérez, Emiliano Revilla, Julio Iglesias, Ortega Lara y tantos otros?; ¿Hemos olvidado el vil asesinato de Ernest Lluch?; ¿Recuerdan el asesinato de Miguel Ángel Blanco, joven concejal de Ermua?; ¿Hemos olvidado el atentado de la acera del Correo en Madrid, en la cafetería Rolando, con trece muertos?; ¿Hemos olvidado el atentado de Hipercor de junio de 1987, en una masacre dónde murieron menores de edad?; ¿Hemos olvidado el atentado contra la casa cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza de diciembre de 1987 dónde murieron agentes y familiares de los mismos, incluidos niños de corta edad?...

¡Y aún tenemos que aguantar desalmados que hacen chistes de esto y nos quieren hacer creer que es humor y libertad de expresión!. Y lo que es más grave: a éstos les votan millones de españoles. ¡Vomitivo!

Recuerdo muy bien algunos atentados, que me dejaron profunda huella; yo estuve en San Sebastián cuando asesinaron a Gregorio Ordoñez y asistí, atónito, a su funeral; yo viví muy directamente el atentado de La Albericia y me relacioné con los familiares de las víctimas mortales. ¿Quién les devuelve a sus seres queridos?.

Hay que recordar y contar a nuestros hijos, a nuestros nietos y a toda la sociedad el auténtico relato de ETA, que asesinó a un millar de compatriotas, muchos políticos y miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, sólo por el hecho de serlo; también a muchos ciudadanos, que pasaban por allí…. De manera cobarde y ruin, con un tiro en la nuca o con la utilización de explosivos, como sucedió en La Albericia, en Hipercor o en algunos de los cuarteles de la Guardia Civil, matando indiscriminadamente a niños, mujeres y personas de toda condición.

¡Y no podemos olvidar!; ¡No debemos olvidar!.