Los privilegios de los estibadores

Veamos:

Los privilegios de los estibadores no son propios de estos tiempos y deben acabar, como lo han tenido que hacer otros sectores económicos, una vez que España decidió ingresar en la Unión Europea; es comprensible que este sector laboral se aferre a un clavo ardiendo para intentar mantener sus privilegios, como es el monopolio laboral y sexista en que se mueve su actividad, la contratación y gestión de la estiba y, desde luego, los elevados salarios de que disfrutan, en muchos casos, superiores a los del presidente del Gobierno. ¡Y encima se han permitido destrozar algunas cargas para protestar, como las pintadas a algunos automóviles!.

Y la política de la Unión Europea es tajante y contundente: debe legislarse en concordancia con las normas emanadas de la misma y ello nos está costando un auténtico dineral que pagamos todos los ciudadanos, además de la imagen de un país poco serio. ¡No es de recibo!.

Y a este chantaje se han sumado Podemos, el PSOE y Cs, de forma absolutamente incomprensible, irresponsable y sectario; se da la circunstancia que algunos dicen que a los “estibadores hay que cuidarlos como si fueran un oso panda” (¡Vaya majadería de la podemita Rodríguez!) o la ofuscación de Susana Díaz por razones muy sectarias, pues tiene un puerto –Algeciras- dónde las mujeres no pueden trabajar y, además, corre el riesgo de que algunas empresas estén planteándose llevar el negocio al cercano puerto de Tánger (Tanger Med), que quizás les cree menos problemas y les ofrezca más facilidades de gestión (¡Qué irresponsabilidad!).

Aún se entiende menos la postura de Ciudadanos que, uniéndose al coro contra el Gobierno, no aprueba el Decreto-Ley que se ajusta a lo exigido por la Unión Europea, en un tema que, curiosamente, llevan en su programa electoral, que suelen interpretar en función de por dónde soplen los vientos electorales, lo que les convierte en un “partido que no es de fiar”.

El Gobierno les ha ofrecido en las negociaciones a los estibadores ventajas que son una vergüenza, un derroche y un auténtico agravio comparativo con respecto al resto de los trabajadores de España y que, a la postre, si se lleva a cabio serán éstos quienes paguen esa factura. ¡Incomprensible!.

Y aún se permiten los estibadores abandonar, como han hecho ayer, la mesa de negociaciones con la patronal, porque aún quieren más; lógicamente con el apoyo implícito del PSOE y Ciudadanos y explícito de Podemos, al que todo lo que le venga mal al Estado y a España, les viene bien a ellos, en su ánimo destructor de todo lo que se menea.

Ya sé que es políticamente incorrecto decir, alto y claro, que el Decreto-Ley debiera de aprobarse sin ninguna contrapartida, que los estibadores debieran de ir amoldándose a las reglas de juego que tienen el resto de los trabajadores de España, que en la estiba debe de haber libre competencia y, lógicamente, que las mujeres deberán tener los mismos derechos que los hombres. Y, además, no se olviden que las instalaciones portuarias son públicas, del Estado (Pues ahora parece que son propiedad de los estibadores).

Y si se cumplieran estos planteamientos, probablemente ganaremos todos, existirá competitividad en los puertos y éstos aumentarán su negocio; si así no se hiciera, acabaremos pagando una dura factura, además de las sanciones de la Unión Europea y la posible marcha de importantes empresas del negocio marítimo español.

¡Es demasiado lo que nos jugamos en el envite para tanta irresponsabilidad!