El artículo 155 y la Ley de Desconexión con el Estado Español

En el llamado Process tiene que haber ganadores y vencedores. Ganadores la ciudadanía y su gran comportamiento y perdedores los embaucadores que tienen que dirimir sus responsabilidades políticas en las urnas y las comisiones del 3% en los juzgados con las respectivas sentencias y sin amnistías encubiertas.

No sabemos bien a qué esperan el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular para dar un golpe en la mesa de la independencia de Cataluña y decir ¡basta ya!, se acabó la fiesta. El camino emprendido por los independentistas se acerca a su final, la Ley de Desconexión generada en el Parlament, que es como decir la declaración de independencia porque sí.

Porque una cosa es que el conjunto de los partidos tenga mayoría simple en postulados para la independencia y otra cosa lo que dice  la Constitución por la que se está generando este proceso; es decir se creen que tienen legitimidad en virtud de la Constitución española y en aras a esa legitimidad de forma torticera se van del Estado, obviando el derecho, el procedimiento y las formas.

Para su legitimidad adoptan la Constitución española como texto fundamental  pero  solo en lo que les interesa. Rechazan la Constitución española, que ellos votaron, en lo que se refiere a la tramitación y legalidad para marcharse del estado español .Se ha creado tanto confusionismo que parece que el Parlament está en la legalidad cuando está en la más total y absoluta ilegalidad y sin embargo los órganos supranacionales están ocultos o escondidos y el señor Rajoy que es -el primus inter pares- que tiene que mantener la seguridad del estado español y de los ciudadanos sólo habla, habla, habla y no actúa, no actúa, no actúa. Tal vez piensa que con mandar a doña Soraya día sí día también en el –puente aéreo-  a reunirse a Cataluña, no se sabe con quién, es suficiente y no es así.

Se va a llegar a un estatus de independencia de facto con un texto jurídico como soporte documental por “los pelos” en la que nos vamos a encontrar que puede ser el mayor de los ridículos a nivel internacional y un gran sofocón para todas las personas ciudadanos que tengan un poco de sentido común. Para esta declaración de independencia los Mossos van a ser fundamentales pues ya están podando los mandos para tener a la policía catalana obediente y dispuesta para la independencia. Y los únicos culpables, a parte de los secesionistas, lo son el Partido Socialista obrero español y el Partido Popular. Están mareando la perdiz con el artículo 155 cuando pueden y tienen, además de esa intervención de la Autonomía, otros instrumentos, herramientas con las que ya hace tiempo podían haber cercenado el proceso. Todo lo están dejando para el mundo de las puñetas, los togados, y los togados están ya un poco cabreados y encabronados.

El ridículo total es el último juicio que se está ventilando por el 9M en que la actuación de los delincuentes confesos  consiste en que la paralización del Process y en definitiva el 9M no fue solicitada ni ejecutada por el Tribunal Constitucional sino que se trató, dicen, de una mera acción declarativa y no existió una medida ejecutiva, la obligación coercitiva del cumplimiento, la utilización de la fuerza que hubiese hecho cualquier estado democrático europeo y no el sucedáneo del ejecutivo de Madrid. En efecto se dictan  sentencias que son burladas por los del Process, los secesionistas, los separatistas, y sin embargo no se ejecutan. Pero no se ha ejecutan desde hace muchos años. En definitiva nos encontramos no en un callejón sin salida sino en una salida que estamos viendo todos con la declaración de independencia de forma unilateral por la Mesa del Parlamento y un grupo que no representan a Cataluña. Y todos mirando a otra parte.