La tecnología y la deshumanización

Y hay que añadir que las nuevas tecnologías deben estar al servicio de la persona y no suponer un calvario su utilización.

¿Por qué digo esto?....

Pues muy fácil. Me contaba mi vecino Miguel que un matrimonio, ya mayores ambos, se acercaron, como lo han venido haciendo desde hace décadas, a su oficina bancaria (En una entidad muy ligada a nuestra región, que no la cita para no hacerla publicidad) para sacar dinero de su pensión para sus gastos de cada día.

-          Tienen que ir al cajero y sacarlo allí, les dijo en tono seco el trabajador que estaba detrás del mostrador.

¡Perplejos se quedaron ambos!. No sabían qué hacer, nunca habían usado un cajero automático ni pensaban que lo tuvieran que utilizar en los años que les quedaban de vida. ¿He dicho perplejos?. ¡Nooo!. Se quedaron sin saber qué hacer, descolocados, desorientados… Y necesitaban su dinero, el suyo, para hacer con él lo que les viniera en gana.

Una chica joven, también de mi pueblo, observó la escena e intentó ayudarles, lo que agradecieron vivamente. Pero había un problema: les explicó cómo se utilizaba el cajero, que había que seguir las instrucciones de la pantalla, que había que meter una clave personal que sólo debían saber ellos….

¡Estaban confundidos y, supongo, que un poco indignados!

Al final le dijeron a esta joven que si por favor les metía también la clave, a pesar de que les había dicho que era personal y sólo la debían saber ellos.

¡Y se produjo el milagro!. El dichoso “cajero automático” escupió el dinero, su dinero, lo guardaron en el bolso de ella, dieron las gracias a la generosa joven y se perdieron lentamente por la acera….

Posiblemente a algún lector esto le parezca un cuento navideño y les aseguró que es absolutamente real, hasta el nombre. Y sería importante que alguno sacase alguna consecuencia y actuará consecuentemente.

Algunos bancos, especialmente la caja dónde estas dos personas tenían los ahorros de toda su vida, debieran saber que no todas las personas utilizan las nuevas tecnologías, ni tienen práctica en operar en los cajeros automáticos. Y ahora la mayoría de entidades bancarias están en una carrera frenética por automatizar todos sus procesos, eliminando personal y haciendo la puñeta a muchos de sus clientes, a los que desprecian olímpicamente, después de haber tenido sus ahorros con los que han comerciado libremente y hasta obtenido pingües beneficios.

Y aún podría añadir que estos nuevos politiquillos que tan bien manejan las redes sociales, se han olvidado de estas personas, sumidos en sus demagógicas luchas; normal, a ellos sólo les interesan los votos y después, si te he visto no me acuerdo.

¿Podemos pedir que entre el sentido común y la sensatez?