Noticias de Cantabria
06-03-2008 10:48

5ª de La Magdalena en Castellón

José Tomás se aproxima a la mejor versión de su toreo, pero por bajo de reses de mucha calidad e impresentables cornamentas

Aunque para la mayoría de los profesionales y para los tomasistas más entregados, el llenazo que hubo ayer lo justifique todo, la corrida de Jandilla, recompuesta nada menos que con 17 ejemplares entre los desechados y los que llegaron después, no fue de recibo. Tres absolutamente anovillados e indecentes de cabeza y otros tres más cuajados y aparentes pero asimismo dudosos.

 !Cómo serían los inadmitidos!...  Pero la gran clase de tres de los finalmente lidiados (primero, segundo y quinto) propició el triunfo del torero de Galapagar que podría haber cortado una o incuso dos orejas de su primer toro – muy protestado en cuanto apareció en el ruedo - si lo hubiera matado bien, y desorejó al magnífico quinto entre la algarabía consiguiente. Luís Francisco Esplá cubrió como pudo su papel de telonero decadente y Matías Tejela, muy animoso toda la tarde, cortó la oreja de su primero, el más bonito de los seis, aunque le debería haber cortado las dos. 

Castellón de la Plana. Plaza del paseo Ribalta. 28 de febrero de 2008. Quinta de feria. Tarde entoldada y lleno absoluto. Seis toros de Jandilla, muy desigualmente presentados con tres impresentables y otros tantos más decentes y cuajados aunque todos de dudosas cornamentas. El primero fue tan noble como flojo. El segundo, una vergonzante e indecorosa birria, muy blando pero nobilísimo, sobre todo por el lado izquierdo. El tercero, con fuerza justa aunque muy completo y bueno para la muleta. El cuarto, también noble pero descastadísimo. El quinto, soberbio por el lado derecho y yendo muy largo y dócil por el izquierdo aunque abriéndose suelto. Y el sexto, también noble aunque, como consecuencia de estrellarse contra un burladero al rematar de salida, lastimado y reparado de la vista. Luís Francisco Esplá (turquesa y oro): Estocada tendida trasera a toro arrancado y descabello, leve petición y ovación que recogió desde los medios. Dos pinchazos, más de media muy trasera y cinco descabellos, aviso y silencio. José Tomás (tabaco y oro): Metisaca en el chaleco, estocada trasera atravesada y dos descabellos, silencio tras algunas palmas. Buena estocada algo desprendida de rápidos efectos, dos orejas. Salió a hombros. Matías Tejela (grana y azabache): Estocada caída trasera, oreja. Dos pinchazos y media trasera baja, palmitas.

Aunque la tarde más esperada de esta feria terminó con casi todos los que abarrotaron los tendidos a pedir de boca, muchos abandonaron la plaza con la mosca detrás de la oreja porque, pese a que José Tomás anduvo mejor de lo que le habíamos visto en anteriores ocasiones y hasta se aproximó en algunos momentos a la mejor versión de su toreo de muleta, lo llevó a cabo frente a reses de muy dudosa integridad y, desde luego, a favor de sus magníficas embestidas. Cuestión que celebramos porque, aparte la vergonzosa presencia de su primer toro que no debió salir nunca en esta plaza que, aún siendo de segunda categoría, celebra la primera feria importante de este año, lo cierto y verdad fue que, sobremanera al natural, Tomás toreó bien al segundo mencionado logrando cambiar las lanzas en cañas tras el follón que provocó el birrioso animal nada más salir al ruedo en forma de pitos y rechiflas absolutamente justificadas. Con su famosa quietud, con más temple que otras veces, y con largura tras no acoplarse con la mano derecha porque por ese lado el torerte echaba la cara arriba al final de cada embroque y por ahí, el de galapagar, naufragó. Pero cuando todo parecía que iba a terminar en triunfo tras arreglar lo anterior con la zurda, a José Tomás se le fue la mano al más bajo sótano, pienso que involuntariamente, extrajo raudo el sable de tan infamante lugar, volvió a agredir defectuosamente por lo que necesitó descabellar un par de veces y el momentáneo lío que había formado se tradujo en silente espera.

Su segundo toro, mejor presentado aunque sin pasarse, más entero y aún más fácil que el anterior, solo tuvo dos pequeños defectos que no empañaron su extraordinaria condición: No ir tan claro en la primera embestida como en la segunda mas largo en las siguientes de cada tanda – menos mal que Tomás se percibió de ello -, y abrirse suelto al final de cada pase por el lado izquierdo, razón por la que los muchos naturales que pegó el torero no pudo ligarlos ni los dio cruzado, sino demasiado distanciado y por las afueras para lo que de este torero siempre se espera y hay que exigirle, que en eso precisamente basa su fama. Aunque le esperó firme para recomenzar cada uno y, además, dio los pases con más limpieza de la que acostumbra aunque no tan despacio que por el otro pitón, casi nunca le ganó al toro un paso a cada pase que es lo que procedía hacer y, como no lo hizo. no pudo coserlos que hubiera sido lo mejor. Por ello tampoco esta vez estuvo a la altura del extraordinario toro que tenía enfrente. Lo mejor de esta segunda faena, en mi opinión, fue, como acabo de apuntar, lo muy despacio además de hondo y reunido que Tomás muleteó en redondo con la mano derecha en su primera mitad y la ensimismada inspiración, muy bien vendida por cierto, con que envolvió el trasteo, jalonado con estupendos pases de pecho, trincheras perfumadas, cambios de mano divinamente improvisados, pases del desdén muy ajustados y sentidos, y no quiero alabar sus inevitables manoletinas del final porque, para mí, estos pases carecen de importancia aunque a la mayoría del público les levante de los asientos. Y lo mismo digo de los también frecuentes estatuarios en Tomás con los que, por cierto, inició su triunfal obra de ayer.

Respecto a cómo anduvo con el capote, la verdad es que su primer y esmirriado enemigo, por llamarlo de alguna manera, no le dio opción. Y que ante el quinto, tragó mucho y muy valiente al lancear de salida pero dejándose enganchar siempre el percal, como asimismo aguantó impertérrito y sin mover una pestaña los viajes del animal en el quite por gaoneras que entusiasmó al gentío sin que los lances resultaran completos ni templados. Lo de casi siempre, vamos.

Matías Tejela salió dispuesto y no en plan de comparsa, sino a triunfar. Pero solo lo consiguió a medias con el estupendo y muy bonito tercero – el mejor hecho del lote – tras ser desarmado al lancear en el recibo de capa, mediante una faena de muy más a menos, buena por el lado derecho aunque con tal o cual instante en los que dudó o se quedó mal colocado, y sumar naturales de varias facturas hasta matar de espadazo defectuoso, por lo que en vez de las dos orejas que debería haberle cortado a este fantástico animal, tuvo que conformarse con una. La primera de la tarde, sí, pero solo una. Al final, Tejela tuvo la mala suerte de que su toro sexto se estrellara muy fuerte contra un burladero, lo que acusó mucho el animal. Sin embargo, Matías no se vino abajo sino de nuevo arriba en busca de redondear su tarde y, aunque no ahorró esfuerzos ni tiempo, tampoco lo consiguió y menos con la espada.

Con Luís Francisco Esplá no quiero entrar en muchos detalles porque no merece la pena. Bastante que mató a sus dos toros y que incluso los banderilleó con distinta fortuna. Gustó más a la gente con el que abrió plaza en su versión más vistosa y coreográfica, y no se atrevió para nada ni en casi nada con el más fuerte cuarto, el peor, el más incómodo de la corrida.

Como concusión a lo que ocurrió ayer en Castellón, solo me resta decir cómo creo yo que está el panorama de cara a la recién iniciada temporada que, sin duda, sería ideal respecto a su planteamiento general si José Tomás se comportara como debiera. ¿O es que ahora va a resultar que solo por la tremenda fama que le regalan o le venden cuantos le defienden contra viento y marea, va a tener derecho a hacer lo que le de la gana como afirma el más acérrimo de sus partidarios en la prensa especializada? De tal modo, la campaña de 2008, parece que van a ser dos campañas muy diferentes. De un lado, la de José Tomás con sus caprichos e imposiciones en cuanto al ganado – lo vimos ayer y de qué modo: lo más cómodo que haya en el mercado; nada de televisión – ayer se prohibieron muchas cámaras que pretendían filmar la corrida -; compañeros de cartel baratos mientras que a él le dieron ayer mismo 27 millones de las antiguas pesetas, según dicen; y sin dar la cara en casi ninguna plaza realmente seria aunque, si lo hace, como en Madrid, sería en corridas muy especiales fuera de ferias y de abonos. Y de otro, la verdaderamente importante temporada que se disponen a protagonizar los demás toreros de relieve: Yendo a todas partes, matando las corridas que corresponden a las plazas de primera con la televisión por universal testigo, haciendo gestos, compitiendo entre todos y ante públicos siempre más exigentes en los ciclos feriales que en tardes sueltas organizadas ex profeso, y afrontando en definitiva la responsabilidad que les incumbe. Pero es que, además, son muchos los toreros de la primerísima fila los que está dispuestos a dar la cara y a luchar ¿O es que lo que van a hacer Enrique Ponce, El Juli, El Cid, Sebastián Castella, José María Manzanares, Morante de la Puebla, Miguel Ángel Perera, El Fandi, Alejandro Talavante y muchos otros más desde sus respectivos puestos, va a tener menos importancia que lo que José Tomás parece decidido a llevar para delante, contrariando en el fondo de sus almas - digan lo que digan y aunque griten lo que griten - a sus partidarios más normales y desinteresados?.

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